La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela.
Este es el comienzo del magnífico libro de Laura Esquivel "Como Agua para Chocolate".
Una obra magistral.
Una sensual historia de amor.
Una película para ver muchas veces y un libro para releer cada cierto tiempo.
3 comentarios:
Un buen libro, si señor, y la película, tambien, totalmente fiel al libro
Un beso
Lola
He visto la peli, y tengo el libro. Los dos son una preciosidad.
Un abrazo
Mari
Publicar un comentario