miércoles, 8 de julio de 2015

ESTE JUEVES: SUCEDIÓ EN UN TREN




Esta semana tenemos como anfitrión a nuestro amigo Alfredo que nos propone seguir el relato a partir de una introducción dada por él y en el que debemos contar lo que sucedió en un tren.

"Su voz era como un susurro, hablaba y hablaba sin escatimar en detalles. A esas horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me adormecían sin poder evitarlo. El abuelo repetía una y otra vez la aventura de aquel viaje en el que una vez en el tren que le llevaba desde El Puerto de Santa María hasta Rota, quedó sorprendido al ver la lentitud con la que aquellos viejos vagones de madera avanzaban flanqueados por grandes extensiones de sembrados de tomates.  Tan despaciosa era su marcha en algunas curvas que los viajeros tenían tiempo de bajar y coger algunos de aquellos rojos frutos mientras la pareja de la Guardia Civil que vigilaba el recorrido hacía la vista gorda sabiendo que eran malos tiempos. El abuelo tuvo que hacer este viaje entre La Isla y Rota en numerosas ocasiones ya que había sido destinado al Faro de aquella ciudad donde cumplía con su cometido de farero durante un mes, alternando esta labor con otro compañero de profesión. Para ello tenía que subir al tren en la estación de San Fernando y bajarse en la del Puerto de Santa María donde se hacía el trasbordo para Sanlúcar, Rota y Chipiona.  Debía ser cierto que aquel destartalado tren llegaba a desesperar al viajero porque ha dado lugar a este dicho popular: “eres más lento que el tren de Rota”. Al abuelo le encantaba contar sus vivencias de aquellos viajes, en realidad disfrutaba relatando cualquier momento de su larga vida.
Por fin se quedó dormido musitando palabras que ya eran inaudibles y yo sentí una profunda pena al pensar que sus historias mil veces narradas se irían con él, que sus recuerdos se perderían. Me apoyé sobre su cama y vigilé su sueño en un duermevela lleno de historias de trenes.

21 comentarios:

Diva de noche dijo...

Aparte de lo descriptivo del lugar donde narras tu historia, que le da color al paisaje sea verdadera o ficticia, me entristece ese punto que has descrito sobre que los abuelos cuentan mil veces sus memorias como queriendo que perduren en sus nietos.. Cuantas cosas suceden a una persona y que fácil desaparecen al partir..esto me sensibiliza..quisiera que mis nietos pudieran llegar a saber todo sobre mi..bss

Anónimo dijo...

Me ha encantado Leonor...me gustan las historias tan descriptivas y llenas de detalles que en este caso, ha hecho que por unos segundos sintiese hasta el traqueteo del tren...
Tal vez este sensible...pero se me han empañado los ojos de lagrimas...
un besazo y enhorabuena por tu aportacion juevera

Magdalia dijo...

No he estado nunca pero creo que ya no me perdería. Es tan detallista que se puede perfilar cada rincón. La historia, íntima pero cuando los abuelos nos cuentan algo, nos cuentan su vida, una y otra vez.
Un beso.

Montserrat Sala dijo...

Nos parece realmente aburrido, escuchar siempre las mismas batallitas a nuestros abuelos, pero no nos damos cuenta que són, pedazos de su vida. Pero eso lo adivinamos cuando ya no están.Un lástima.
Saludos Leonor.

Tracy dijo...

Debes estar contenta porque sus historias no se han perdido, sino que perviven en ti y tú nos haces disfrutar con ellas.Lo de bajarse a coger algún tomate, me ha hecho gracia.

Max Estrella dijo...

Me acabas de poner el corazón en un puño porque yo conocí a mi abuelo ya muy mayor y sus historias de trenes, era ferroviario y fue jefe de estación toda su vida,no pude llegar a conocerlas de su voz en profundidad...de todos modos, algo me debió quedar porque me encantan los trenes, las estaciones, los viajes...como el que maravillosamente has narrado...que tino.
Besos

Anónimo dijo...

Los abuelos deberían ser eternos, y tú con tu relato me has emocionado, esos momentos de narrar historias vividas y saberlas de memoria de las veces que las han contado, yo terminaba algunas de las historias de mi abuelo... era como contar a dúo...
Me ha gustado mucho!!
Muchos besines...

Unknown dijo...

Es bello y tierno tu relato, me ha gustado mucho.

No sabía el dicho del tren de Rota :)

Muchos besos

Anónimo dijo...

No tuve la dicha de conocer a mis abuelos pues fallecieron tempranamente....Pero cada historia leída, como esta en particular, es hermosa plena de tiernos recuerdos que creo habría disfrutado mucho teniendo cerca a alguno de mis abuelos...
Abrazo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Una muy hermosa y digna manera de recordarlo... a través del recuerdo de sus historias.
Ha sido una suerte que la propuesta juevera haya dado la excusa para compartir tu historia

=)

MOLÍ DEL CANYER dijo...

Yo casi me bajo a coger tomates, describes tan bien el paisage, el recorrido del tren, el momento, me encanta. Besos.

MOLÍ DEL CANYER dijo...
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CARMEN ANDÚJAR dijo...

Una historia preciosa. Si que eran lentos los trenes de entonces. Que divertido bajarse y agarrar los tomates y lo que le viniera en gana, y después volverse a subir.
Las historias siempre nos hacen recordar esos seres queridos que de esta manera siguen con nosotros.
Un abrazo

pikxi dijo...

Muy bien escrito el relato y con muchos detalles. Mientras leia casi podía verme en el tren.
Un saludo

José Vte. dijo...

Precioso relato Leonor, se vive y se siente ese tren recorriendo los campos con aquella lentitud que hoy se haría insufrible, pero que tenía el encanto del pasear por la vida degustándola. Los trenes y las historias que el abuelo ha logrado hacer perdurar con su sabiduría.
Me encantó.

Un abrazo

Charo dijo...

Pues si que era lento el tren! La historia es muy bonita vista en pasado, eran otros tiempos en los que no se tenía tanta prisa para todo y se disfrutaban los viajes lentos,el paisaje,las paradas en las estaciones, las amistades que se hacían durante el trayecto...Yo recuerdo largos viajes en tren de Salamanca a Barcelona con mi abuela, cuando yo era jovencita.
Un beso

AlmaBaires dijo...

Tuve la enorme fortuna de compartir casi toda mi infancia y gran parte de la adolescencia con mis abuelos... he aprendido mucho de ellos... y más de una vez hubiese querido "traerlos" de vuelta.

Me encantó tu relato... un beso.

ibso dijo...

Mis abuelos nunca me contaron historias de su vida. No hubo oportunidad.
Es muy bueno tu relato, lleno de descripciones sutiles salpicadas con sensaciones que se trasmiten al lector.
Un abrazo.

Mar dijo...

¿"Eres más lento que el tren de Rota"? Pues yo no lo había escuchado nunca. InteresanteEn cuanto al relato, he podido percibir con claridad esa lentitud del tren, que remarca como metáfora, la lentitud de la vejez. ¿Es la historia de tu abuelo? A mí melo parece. Me pregunto cuánto habrá de verdad y de ficción en tu relato?
Mi abuelo era de Cádiz. Hace tres años fui a conocer su tierra, su ciudad. Me enamoré de esas tierras, de ese mar, de su gente.
Me encantó la foto!!!!!
UN abrazo. Encantada de leerte!
Mar

Alfredo Cot dijo...

Leonor, un relato costumbrista de altura. Sentimental y didáctico. Con un final especialmente entrañable.
Besos y gracias por participar.

rosa_desastre dijo...

Cuando pasa el tiempo por las estaciones de nuestra vida, los trenes, sus historias y quienes las contaban, siguen transitando por nuestra memoria.
Un abrazo