Semana 28 inspirados en la palabra Bosque.
El bosque la llamaba. Sentía miedo de la oscuridad y veía seres fantasmales en las sombras de la noche pero una fuerza incontrolable la obligaba a encaminar sus pasos hacia el sendero terroso que se iba adentrando entre viejos troncos rugosos. En el silencio de la noche las ramas movidas por el viento silbaban agudas melodías y un eco lejano repetía el ulular de los búhos. Cuanto más se internaba entre aquellos laberintos de espesura, entre los matorrales que arañaban sus piernas y la maleza que se adueñaba de la senda extendiendo sus huesudas manos, más necesidad tenía de continuar el camino. Sus pies parecían no avanzar, una percepción aterradora la iba poseyendo y sentía su cuerpo extrañamente pesado. A lo lejos, en un claro del bosque, los rayos de luna que se filtraban entre las copas de los árboles cercanos hacían la imagen aún más espectral. Sentía pánico y una gran soledad. De pronto comenzó a elevarse y sobrevoló la floresta, sus miedos desaparecieron y gozó de aquella liviandad, de la ingravidez de aquel cuerpo que un momento antes pesaba como la losa marmórea de un sepulcro y ahora era ligero como una pluma. Volaba. Se alejaba de sus temores y emprendía el sendero de un sueño.
11 comentarios:
Emprender los sueños, volar hacia las alturas, sentirse ligera como una sin temores.
Muy linda tu entrada.
Un beso.
Disculpa, quise decir: sentirse ligera como una pluma... que me debí comer la palabra.
Otro beso.
Nunca dejemos de acudir a nuestros sueños. me ha gustado la manera de conducirnos . Un abrazo
Hermoso relato! Qué bueno es cuando el peso del miedo se va y podemos volar hacia nuestros sueños!
Un beso enorme.
Los miedos no deberían alejarnos de poder hacer realidad nuestros sueños ya que gracias ellos volamos y crecemos.
Besos
como buena miedosa que soy, me identifiqué con los primeros pasos de tu historia. Me alienta saber que hay que armarse de coraje y seguir, siempre algo hermoso y digno de vivir, puede esperarnos tras la espesura de esos árboles.
besos Leonor!!
El bosque de los miedos nos atrapa y a veces no vemos ni los rayos de sol filtrarse por entre ellos.
Precioso relato que he imaginado como si de verdad lo viviera...
Muchos besos
A veces ese bosque nos engulle, pero no debemos olvidar los sueños.
Bella entrada.
Besos
No dejar ir los hermosos sueños por muy obscuro que esté el bosque....siempre los rayos del sol por algún lado penetran......
Un abrazo
Un fantástico relato, Leonor. En el bosque caben todas las fantasías y sublimaciones. Un lugar ideal para soñar despiertos.
Un abrazo.
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