María
se había levantado temprano, siempre madrugaba, ver amanecer se había
convertido en su principal proyecto de futuro, se podría decir que en su único
proyecto, más allá todo se perdía en la negrura del miedo y la duda. Después de
calentarse el cuerpo con un café amargo como su vida, salió de su casa camino
de la capilla donde calentaría su alma y apaciguaría sus penas. Solo en aquel
lugar encontraba la paz que tanto ansiaba. Se arrodilló, esta vez sin amenazas,
delante del altar en el que varios querubines custodiaban a un ángel más
pequeño. Desde que a María se le malogró el embarazo que tanto había deseado,
acudía cada mañana a postrarse delante de aquellos niños alados pensando cómo
habría sido el hijo que no llegó a conocer.
Esta
vez iba a ser diferente, por nada del mundo pondría en peligro la vida del
nuevo ser que estaba gestando. Esta vez no se expondría a las patadas y los
golpes que venía sufriendo desde hacía ya demasiado tiempo. No comprendía en
qué momento su vida dio un vuelco y todo lo que habían soñado juntos se desvaneció
en el aire como el humo, convirtiendo su esperado paraíso en este infierno siniestro.
Esta vez no esperaría a que se le notara el embarazo porque entonces ya no
podría escapar de sus garras. Tenía que desaparecer sin que él tuviera
constancia de esta situación o jamás lograría deshacerse de su verdugo, y no
estaba dispuesta a permitir que su hijo creciera junto a ese ser iracundo y despiadado.
Ahora tenía ya un futuro a largo plazo, más allá de amanecer viva. Ahora otro
ser dependía de su fortaleza.
20 comentarios:
Cuan repetida es esta situación, cuantas mujeres humilladas, cuanto sufrimiento, tu relato se hace vivo y duele. Un abrazo
Qué relato tan duro te han inspirado esos querubines, Leonor! Conmovedora historia nos dejas entrever en tus palabras, la que, por suerte promete abrirse hacia un futuro más prometedor. Un abrazo y muchas gracias por participar 😋😁
Sencillo, ameno, fabuloso. Un texto excelente
El día a día de tantas mujeres, por fortuna está decidida a cambiar su futuro y el de su chiquitín. Un abrazo
Qué gusto volver a leerte, Leonor.
Es un relato fuerte y tan real que da escalofríos.
Situaciones que son a veces tan difíciles de cambiar, pero siempre hay un límite, un punto final que me alegra que haya puesto tu protagonista.
Un beso.
Un relato lleno de fuerza y sobre todo esperanzas, por luchar no solo por ella sino por el ser que lleva dentro él que le dará la suficiente energía y sobre todo amor par salir de esa cruel realidad .. Un llamamiento a que siempre hay una salida si uno se lo propone ..
Un abrazo y feliz semana.
Un relato que refleja, lamentablemente, una terrible realidad.
Un saludo, Leonor
Hubiera sido magnífico que los querubines la hubieran inspirado para no tener ningún hijo de ese ser despreciable.
Un saludo.
Tristemente crudo y real pero para toda oscuridad existe una luz. Solo hay, como le pasa a tu personaje, tener la determinación de dejar pasar la luz. Nos acudían muchos temores pero el permanecer en la oscuridad y soportar esa prisión es el último de los caminos a tomar.
Un acto de fe que le dio la fuerza suficiente para tomar esa decisión.
Un beso.
Los malos tratos es lo peor que hay y muchas veces se sufre en silencio, porque el miedo paraliza.
Muy bien contado.
Un abrazo.
Un relato que más bien puede ser real para algunas mujeres en parecida situación.
Un beso.
Me encanta... Hay todavía tantos casos semejantes a tu relato...
Menos mal que fue valiente y decidió irse...
Muchos besos.
Felicisima de encontrarte de nuevo aqui te estaba hechando de menos. Tu relato es un grito a la esperanza, cuantas madres tomamos decisiones parecidas. Yo me separe de un ser parecido (en mi caso era un constante maltrato psicologico) gracias y por mis hijos, por eso la comprendo. Espero seguir leyendote, besos.
Ay Leonor! me sumergí por el don de tus palabras en el desconsuelo de tu protagonista, le hubiera dado un abrazo! y al final, una chispa de esperanza, le dió alas
Besos
HolA Leonor: Me alegro de tu regreso al blog, aunque solo sea para esta vez. Un relato muy triste, que por degracia se dá con demasiada frecuencia. Un abrazo grande y feliz finde--
Relato con fuerza y esperanza.
Beso esperanzado.
Un relato lleno de fuerza y determinación. Rabia e impotencia, por lo que narra la protagonista sobre su vida en tan pocas palabras. Esperanza porque ella está dispuesta a luchar por su vida y la de su bebé.
Besos jueveros
Buen regreso Leonor, un texto cuidado y con una historia que extremece. Muy real, pero narrada con una delicadeza muy grande.
Besos.
Se espera hasta el momento en que la fortaleza interna te ayuda a poner un "hasta aquí", me gustó, es esperanzador.
Beso
No se puede escribir mejor. Un relato lleno de mensajes, que hace compartir sentimientos y emociones. Y de qué manera...
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