Te
conozco, a veces, otras no sé si eres una invención del espejo. Sé que te gusta
oír el repique de campanas y mirar la luna. Conozco ese palpitar tuyo cuando
saboreas la vida, y también sé de tus momentos silenciosos, cuando no acierto a entender si
estás o te has ido. Sé que te ignoro cuando me conviene y te llamo en las
noches solitarias, cuando nos quedamos a solas, cuando realmente necesito que
estés ahí porque lo contrario sería no estar de ninguna manera. A veces no te
siento y creo que todo ha acabado, y que yo, asustada, me
niego a abandonar este lugar por miedo a lo desconocido, y me aferro a un
fantasma que deambula por las mismas calles agujereadas, por los mismos caminos
pedregosos. Tú piensas y yo actúo, a veces contradiciéndonos, ignorándonos la
una a la otra para no caer al vacío de las incomprensiones. Tú me inventas cada
día para sacarme de un estado eterno de melancolía, para que no note que me
muevo en una rutina pegajosa. Te miro y no encuentro la forma de llegar a ti y
consolarte, y consolarme. Y renuncio a ti cuando te empeñas en llevarme la
contraria, alejándome a la distancia de un pensamiento. Me reprochas y me
animas, me quieres y me desprecias según el día, y son las noches las que nos reconcilian,
a veces, cuando a solas procuramos un punto de encuentro. Hemos hecho ya mucho camino
juntas, a pesar de las divergencias, y sabemos que estamos obligadas a ir en la
misma dirección. Si me alejo procura no perderme de vista, yo miraré siempre si
sigues ahí, a un paso de mi sombra.
11 comentarios:
Precioso. No se puede estar más dentro de sí misma. Y con qué arte.
Buena idea escribirse a uno mismo para decirnos lo que no nos decimos en el espejo. Abrazos
Llegas a tiempo Leonor, y me alegro que hayas compartido esa carta maravillosa que te has escrito, en le fondo nuestras disertaciones con nosotras mismas son así, a veces llevamos el mismo camino y otras nos separamos un poco para volver, porque por mucho tiempo que pase, seguiremos en la brecha.
Un beso grande
Gracias por compartir este trocito de ti.
Hola Leonor: Not temas tu otro yo seguirià siempre contigo. Unas veces te regañará y habrá otras que aplaudirá tus hechos. Lo que no llego a entender, es como la llamas para
que te acompañe, las noches oscuras.
Recibe mi mas cordial felicitación, porque has vuelto, a la vida solcial de La ISLA . ABRAZOSSSSS Y FLORES PARA TÍ.
Muy bonita Leonor, carta a tu otro yo, el que a veces lleva la razón pero no le hacemos caso y a veces nos quita la razón sin tenerla. en definitiva, cuerpo y alma, inseparables mientras vivimos.
Abrazos.
Un texto soberbio en donde reconozco uno de mis rasgos más geminianos, la dualidad permanentemente en juego. 😊 un abrazo
Una bonita carta, ¡cuanto le debemos a nuestro yo más íntimo...!
Una relación a veces conflictiva pero también cercana.
Bien planteado.
Un abrazo
Alguna vez no sería malo pensar si una de las dos se equivoca.
Porque esta vida, tan cruel, está llena de situaciones complicadas y contradictorias, que hacen que no siempre se acierte a descifrarlas.
Es algo imposible de adivinar; pero puede dar lugar a posicionamientos injustos.
Leyendo tu carta también me he visto a mi misma, en ese espejo de melancolía en el que nos miramos ambas, cada una en su rincón pero con ese hilo invisible que curiosamente nos ata y que en muchos escritos nos delata ¿a que si?
Un beso
Una carta que bien podría ser un poema Leonor. Intima y sencillamente bella, un diálogo con el yo más profundo. Me encantó que lo compartieras con nosotros.Y si te sirve de algo toma los amaneceres, las sonrisas sinceras, la cantidad de amor que recibes y que das, para esos momentos de intensa meláncolia, puedo asegurarte que tenerlos presentes ayuda y mucho.
Todo mi cariño.
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