Viernes 9 de noviembre de 2012, salimos de San Fernando camino de Navalcarnero para asistir al I Congreso Juevero, un arco iris presagiaba buenos auspicios para nuestro encuentro.
Tras varias horas de viaje y algún despiste al tomar las salidas de las autovías, llegamos a la hermosa ciudad en la que habíamos sido convocados.
A las puertas de la "Mansión de Navalcarnero" o "Casa de la Bruja", donde dormimos, nos esperaba el Comité de bienvenida, Juan Carlos y Tere, bajo la lluvia que nos acompañó toda la noche.
Habíamos quedado con los demás en la Plaza de Segovia, una hermosura de lugar que no pudimos apreciar en aquellos momentos porque el tiempo nos obligó a refugiarnos en sitio seco.
Por fin, reunidos en el restaurante en el que cenamos, que no fue fácil a pesar de las nuevas tecnologías. Allí pasamos tres horas, sí tres, porque entre plato y plato tuvimos tiempo de conocernos casi íntimamente. A las dos de la mañana nos despedimos hasta el día siguiente.
Sábado 10 de noviembre de 2012, Plaza de Segovia a las doce del mediodía.
El tiempo nos dio un respiro en cuanto a la lluvia, a cambio nos dejó un frío que pelaba.
José Vte., que es un madrugador andaba paseando las calles desde las nueve de la mañana, los demás llegamos más tarde pero con margen para andar recorriendo el casco antiguo y visitando algunos monumentos.
Torres de la Iglesia de la Asunción y monumento al pintor costumbrista, Jesús Casas.
Interior de la ermita de la Veracruz que data de 1611, restaurada recientemente.
Reproducción exacta de la fachada de la Casa de La Cadena, donde Felipe IV y Mariana de Austria recibieron la bendición nupcial en 1649.
Los congresistas se disponen a comenzar el concilio.
Una vez acordados los puntos que debíamos tratar nos tomamos un descanso para visitar el Museo del Vino y los pasadizos que recorren bajo tierra casi toda la zona del casco antiguo.
Bajada a las cuevas.
Durante el recorrido tuvimos ocasión de poner a prueba nuestro oído, el tacto, el olfato, la vista y el gusto. Oímos el sonido de los caldos en las tinajas, tocamos la rasposidad de las tierras, la textura de las ramas de las cepas y la suavidad de las hojas de la vid, sentimos el aroma de los vinos en sus distintos tipos, observamos los colores de los zumos fermentados en una gama que iba desde los pálidos amarillos a los marrones, y por fin paladeamos un tinto de garnacha y tempranillo.
Los pasadizos se fueron escavando por los mismos trabajadores del campo, los viñeros que completaban las horas de trabajo en estos menesteres.
Las féminas ante la escultura a Alonso Arreo, regidor del Consejo municipal que en 1521, acude con 20 hombres armados a la llamada de Segovia, para unirse al ejército comunero que se levanta en armas contra Carlos I y a favor de los fueros castellanos.
Ellos, entre los que falta Javi, dispuestos a levantarse en armas en defensa de los fueros güeveros.
La hora del almuerzo se echaba encima. A las tres en el restaurante El Labrador.
Tras la suculenta comida fueron entregados los diplomas, idea de nuestra amiga Tere que ha sido una inmejorable anfitriona.
Cafelito con unas riquísimas pastas que nos regalaron, en el centro comercial Xanadu.
La noche del sábado, tras un día lleno de actividades y con las comida del mediodía aún en proceso digestivo, nos despedimos de Juan Carlos y Cristina hasta un próximo encuentro.
Domingo 11 de noviembre de 2012, las 10 de la mañana, despedida de los amigos que partían para distintos puntos de nuestra geografía, Carmen y Andrés a Santa Coloma, José Vte., camino de Valencia y Tere que los acompañaba hasta la estación.
Muchas gracias a los organizadores, a los amigos que han acudido y a los que han estado con nosotros con el corazón y por medio del teléfono.