Relato inspirado en la imagen.
Qué queda en mí de aquella niña llena de sueños y fantasías, qué de aquella joven soñadora. Ya
ni siquiera soy adulta, soy un algo que queda esperando su último suspiro. Los
años de mi vida han volado, se me escapa el tiempo, mi futuro se reduce a un
mañana incierto. Qué poco es una vida, qué corta se ve cuando el final se
acerca. No hay segundas oportunidades, venimos solo una vez y si hay suerte a un lugar de los menos hostigados. Hasta para nacer dependemos del destino, cruel y antojadizo destino que nos maneja cual marionetas colgando de sus hilos.
No he tenido
la oportunidad de hacer los viajes proyectados, no he podido leer
todos los libros, ni escribir todas las palabras. No he podido despedirme en tu mirada. Me llevaré besos que no he dado, abrazos que me fueron negados. Los días que en la niñez se
hacían largos, días de horas interminables, hoy se escapan entre los dedos como la arena
de playa. El tiempo se acelera, corre, vuela, y por mucho que se intente no hay
freno capaz de pararlo. Nos vamos, me voy, pero mientras mis manos puedan seguiré tejiendo, tejeré hasta que vuelvas, tejeré noche y día, tejeré sueños aunque nunca llegue a alcanzarlos.
10 comentarios:
Como una Penélope del siglo XXI
Besitos
Me preocupas Leonor.seguro que todo va bién???
Aún no me has hecho el pedido de invierno. No te demores amiga.
Tejer es una buena terapia, creo que a todos nos faltan cosas por cumplir, sueños por vivir, lagrimas sin derramar, y risas contenidas.Es el modo de seguir viviendo con ilusión, si lo tenemos todo ya no necesitamos nada y eso es muy triste. Abrazos
Con qué certera precisión has logrado desmadejar y entretejer esas sensaciones que nacen con nosotros y se despliegan a medida que nos hacemos viejos. Impecable texto que he disfrutado enormemente al leerlo. La foto, una maravilla!
Un abrazo
Qué maravilla. Tejer ilusiones, tejer un futuro, tejer una esperanza... Un conjunto de pensamientos que obligan a reflexionar sobre nuestras propias vidas y a intentar hacer realidad nuestros sueños.
Que el final nos sorprenda haciendo algo que nos gusta, que no tengamos que pensarlo.
Un relato para reflexionar sobre la vida, sobre lo que dejamos ir o no disfrutamos a pleno.
Me encantó.
Un beso.
El devenir de los tiempos sin solución de continuidad. Va abriendo la puerta de la muerte a la vez que abre otra a la vida.
La abuela se va yendo silenciosamente y el nieto espera para el estreno de su rebeca tejida con amor como otro más de sus regalos.
La sabiduría da paso a la iniciación de la experiencia.
La madurez suprema a la infancia como dos etapas de la vida en donde se hunden nuestras raíces.
...que diferente se debe sentir una persona de 20 años al leer tu escrito..seguro diría " quien le ha mandado a perder el tiempo y dejar de lado lo que le gustaba"..pero sin embargo, los que sabemos lo que es pasar al otro salón, a ese donde se espera que cualquier día cambié para siempre y de repente tu vida y te conviertas en solo recuerdos en la mente de algunas personas..para muchos de nosotros que estamos en ese salón del último cupón donde de pronto.... zasss!!! ya no seas nada, si que pega esta historia...ya te digo, pega y fuerte...
maravilloso tu texto
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