Semana 14 inspirados en la palabra JARDÍN
Suenan ecos entre las viejas ramas
voces alegres de otro tiempo
aferradas a los muros lloran las campanillas
y el limonero deja caer sus frutos madurados
que fallecen sobre el suelo.
El jardín está sombrío, ahogado
una incontrolada vegetación
lo invade y atenaza
lejos se va apagando la vida del jardinero
sus ojos entristecidos
enmarañados sus pensamientos
temblorosas sus manos que añoran aquellos días
de juegos entre jazmines y azahares
y el jardín suspira triste
abandonado, quejumbroso
apartado de los mimos de su dueño
nuevos brotes primaverales
intentan en vano devolverle su esplendor
pero el jardín agoniza
él mismo se está devorando.
11 comentarios:
Lo has clavado!
Y con lo bien que escribís todos no se que voy a publicar yo. Abrazos
Que triste es un jardin que se mueré.
Siempre hay algo de esperanza con los nuevos brotes
Muy bueno aporte
Un beso
Isa
Feliz Semana Santa
Hoy tus palabras me saben tristes, pero a pesar de ser un jardín que agoniza me ha encantado tu aportación en la iniciativa de Sindel.
Un beso.
Un poema triste, pero muy bello! Un jardín que se deja morir por la falta de esa mano que le brindaba mimos. Ojalá llegue otra persona a regarlo con tanto amor, y vuelva a florecer.
Un beso.
Así de triste y cierto es cuando el tiempo pasa y uno ve como el jardín que tanto cuido se va deteriorando poco a poco sin remedio.
Besos
Bellisimo tu poema, triste, pero la vida es así y tu jardín depende de esas manos mimosas en otro tiempo y cansadas por los años.
Besos
No hay nada más triste que un jardín abandonado.
Un abrazo
Padecen los jardines cuando se quedan sin el cuidado amoroso de aquél que le prodigaba mimos... Es una triste estampa, de caos natural y silencio, pero un bello y nostálgico poema... Tal vez, por propia cuenta, logre florecer en el recuerdo quedo de quien fue su jardinero.
Besos!
Gaby*
Siempre he pensado que los jardines son los primeros en verse afectados por las ausencias. enseguida se les nota la falta de presencia y cuidados. Son hipersensibles en cuanto falta quien los cuidaba habitualmente.
Un abrazo
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