ESTE JUEVES: SONIDOS DE LA PRIMAVERA

                                                                        

                                                                         
Esta semana detengamos la vida por un momento, ralenticemos nuestra rutinaria velocidad de vértigo y paremos a escuchar  lo que la naturaleza nos cuenta. Han vuelto las oscuras golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar y con su trisar nos anuncian que ya está aquí la primavera. Sobre las azoteas, bajo un cielo azul brillante, pasan  bandadas de gansos graznando, sabios ellos que vuelan en formación de V para repartirse el esfuerzo.  Los mirlos corretean en el arriate del patio con su cansino piar. Las mañanas y las tardes están amenizadas por los gorriones que no saben dormir ni despertar sin armar un tremendo jaleo. En las torres, los nidos de las cigüeñas, y en el aire su crotorar. En mi tierra suenan los ensayos de tambores y cornetas, los cofrades cuentan los días esperando el Domingo de Ramos como se esperan las aguas de mayo que eso es lo que ellos piden, que las aguas no lleguen hasta después de su semana grande.  Las calles ya huelen a incienso y los naranjos explotan de flores blancas que inundan los sentidos con su olor a azahar. Qué contentas repican las campanas uniendo sus voces al aleteo de sus vecinas. Las palomas de las Plaza del Rey siguen su rutinario vivir pero los machos andan con el buche inflado zurreando tras la dama elegida que lo hace caminar de un lado a otro presumiendo ante los paseantes, solo dejan su galanteo ante las chucherías que le ofrecen los críos.
 En las arboledas se pueden oír las perdices cuchicheando cual viejas comadres y las tórtolas plañideras no callan su gimoteo.
En los senderos de las marismas las gaviotas vigilan sus  nidos atacando enfurecidas a todo aquel que ose acercarse demasiado a sus dominios. Los humerales se han vestido de rosa con la llegada de los flamencos que confraternizan con cigüeñuelas, garzas, cormoranes, chorlitejos y charranes que llegan a compartir el ágape que les brinda este salobre suelo prolífico en camarones y cangrejos. 

Las tardes se han alargado y los parques suenan a niños felices, a trinos bien armonizados y a ancianos que salen sin miedo a los resfriados y hablan de sus achaques y del tiempo, se alegran de haber superado otro invierno y se preguntan si volverán a verse la próxima primavera.
Todo brota con energía, se agradece la calidez de los días y esperamos que las calores lleguen despacio y sean leves, que las flores que hoy vemos lucir nos regalen dulces frutos.

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