Teatro
"Otelo, el moro de Venecia", de William Shakespeare.
Otelo, cegado por los celos, da muerte a Desdémona ahogándola en su lecho.
Cuando descubre la inocencia de su mujer, se mata estoicamente para castigarse.
Cae el telón.
Una historia de total actualidad, todos los días un otelo cualquiera se toma la justicia por su mano. Todos los años se contabilizan más de setenta mujeres asesinadas por sus parejas. Luego llegan los juicios y las tretas judiciales, enajenación mental, drogas, alcohol, sídrome de abstinencia, estupefacientes, sustancias psicotrópicas, incluso, será un eximente de la responsabilidad criminal, si el que obra lo hace impulsado por un miedo insuperable, (miedo a qué, se ha vuelto la mujer una boa constrictor).
Por si esto fuera poco, la ley pone a su disposición los atenuantes, otro capítulo para que al final, el criminal se vaya de rositas.
Muy anchas son las mangas de las togas.
Y cae el telón, esta vez del gran teatro de la vida.
Máscaras
Me duele la piel marchita,
me escuecen las llagas maceradas
escondidas bajo capas de sonrisas.
Las lágrimas han hecho surcos
en mis mejillas ajadas.
Los ojos lloran ocultos
el dolor de mil lanzas enquistadas.
El aire apenas excita
mi desamparado aliento,
y mi voz queda apagada
por los gritos del alma aprisionada.
Me ahoga esta máscara etérea.
Me oprime y me inhabilita.
Apariencias
Desde el púlpito, como todos los domingos, el sacerdote de aquella pequeña parroquia arengaba a los feligreses con su temible sermón, el infierno para los pecadores que se desvían del camino de Dios, lacerantes llamas para los adúlteros, los hipócritas, los avaros..., una infinita serie de castigos divinos que salían de su boca in crescendo.
Las miradas de las beatas se dirigían de soslayo hacia la joven que regentaba el Club Nocturno, la mayor pecadora del pueblo, según ellas.
Mientras, sentado junto al altar, el joven monaguillo, con la cabeza gacha, derramaba lágrimas de impotencia que caían sobre su inmaculado roquete, y con las mangas de la saya enjugaba sus mejillas.
Momentos antes, cuando ayudaba en la sacristía, había sido violentado y amenazado con el más terrible castigo si de su boca salía una sola palabra.
16 comentarios:
Hola Leonor,
Para este jueves yo también me decidí por el formato de tríptico.
Los dos primeros son muy muy buenos tanto por temática como por ejecución.
Pero el tercero me llega al corazón. Otro ejemplo (¿solo ficción?) de esa Iglesia ruín y malvada, perversa y cínica, hipócrita y asquerosa que merece los peores castigos de la justicia.
¿Cuánto daño más y por cuánto tiempo tiene que infligir esa legión de pederastas, célibes por decisión vaticana, a púberes de ambos sexos?
Espero que algun día, y m´s pronto que tarde, haya un Nuremberg para las autoridades vaticanas cómplices de crímenes contra la humanidad, pero hoy todavía impunes. .
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Fuertes alegatos, bien encarados, ojalá llegasen al destinatario debido.
Poco a poco la conciencia se va haciendo carne. Sí señora, muy bien dicho!
Un fuerte abrazo.
a veces el teatro de la vida es más bien un película terror con y sin máscaras.
BESITOS.
Por partida triple nos has dejado caer las máscaras de quienes intentan disimular lo que en realidad son e insisten en negar. Son capaces de inventarse las más absurdas excusas para exculparse de lo que saben son terribles aberraciones.
Un abrazo y gracias por sumarte.
Los celos como excusa, Otelo moro o cristiano o ateo, esa función se da cada día, pocas variantes en el guión y en el final.
El espejo debería ser la única máscara verdadera.
Conozco esa representación, ese ritual me lo sé por fuerza y repetición forzosa, a veces oficia un canalla mezquino, otros papeles en el teatro: no aplauden murmuran prédicas, hasta hay la mala pecadora "magdalena" suele llamarse.
Uyyy Leonor, escuecen tus representaciones teatrales como la vida misma.
Aplauso y besitos.
¡Ufff! Leonor, has sacado las consecuencias que deja esta sociedad llena de máscaras bajo las que se esconde la doble moral y la hipocresía.
No te falta razón en ninguno de ellos.
Estremecedoras historias.
Un abrazo
Un buen repaso a las conciencias en tus dos relatos, la ley y la religion... Teatro, teatro.
Hago mutis por el foro.
Besos, amiga
Guauuuu! vaya participación la tuya! por partida triple y cada cual mejor!
El tercero es buenísimo y el poema me ha encantado,el primero: la indignante realidad...
Enhorabuena!
Un besazo.
Bien los tres,la realidad se impone. Un beso
Desde luego que mirado así, hay poca justicia y la vida es puro teatro.
Un abrazp
uuufff!!!
que relato, muy real y muy cierto vaya que hay cada apariencia que no es real y cada mascara que esconde un rostro cruel
Magnífico.
En tres tomas, todas buenas, pero me voy a quedar en la última, es un relato que entra dentro, llega. Una hipocresía basada en lugares comunes, pero sufrida en hipocresías particulares.
Un besazo, Leonor.
Extraordinaria aportación la tuya para esta semana, Leonor. Me gustan los tres, pero me quedo con el tercero por lo que supone de denuncia de una situación que se repite con demasiado frecuencia. En todos los ámbitos de la sociedad existe ese execrable crimen contra la infancia, pero cuando es practicado por sacerdotes, se hace más horrible aún por su condición de hombres de Dios (o al menos eso dicen).
Un abrazo.
Leonor te has despachado con tres textos que son uno mejor que otro.
El primero es algo que no se puede digerir, que está pasando en todos lados y nadie hace nada, y que todos queremos cambiar. La justicia no es muy justa ultimamente.
El segundo es un poema maravilloso, hermoso, cargado de tristeza y dolor que eriza la piel.
Y el tercer relato es doliente, duro, y tan actual que duele.
Un besote
Removiendo conciencias Leonor, temas que queman, demasiadas farsa. uy bien ejecutados los tres.
Un abrazo.
Situaciones cotidianas con rasgos de hipocresía, bajo los celos, la sotana,... se esconden muchas miserias, máscaras sociales que nos llegan diariamente.
Muy bueno, Leonor
Besos!!!
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