Me fui a la cama cansada, mucho más cansada que de costumbre y además con la inquietud de que a las doce estaba convocada. Me acosté mirando a la ventana del patio por donde entran los sonidos de la noche y se adivinan los movimientos de los pequeños animalitos que viven entre las plantas. Era noche de luna llena pero aún no asomaba por mi azotea. Seguía su órbita obligada como una mula atada en su noria, vuelta a vuelta por el mismo camino circular. Cerré los ojos para embutirme en mis pensamientos, para recrear momentos pasados, para inventar historias, para proyectar el futuro y así dejarme llevar hasta la ensoñación.
El crepitar de unas ramas me sacó del semisueño y salte de la cama camino de la puerta del patio.
Mis retinas quedaron prendadas por una escena mil veces recreada pero en la que nunca había podido intervenir.
Allí se encontraban las llamas, una especie de holograma que aparecía suspendido del suelo, pero perfectamente real.
A su alrededor comenzaron a aparecer bellísimas mujeres desnudas que bailaban una danza improvisada, llena de simbología, dulce pero intensa.
Enfrascadas en sus movimientos no me miraban pero sabían de mi presencia, eran brujas, me dejé atraer hechizada por tanta belleza y me encontré entre ellas danzando mi propia danza, iluminada por los destellos del fuego y por los rayos de la luna que atraída por nuestro encuentro había aligerado su paso y se había sumado al "aquelarre".
En un momento de entusiasmo me dejé llevar por un deseo de toda la vida, volar, y mis pies se separaron del suelo, mi cuerpo ingrávido se fue elevando hasta sobrepasar la altura del ciprés y asombrada comprobé que podía manejarlo a mi antojo, podía girar, subir, bajar.....no sé cuánto tiempo estuve disfrutando de este nuevo poder, el caso es que llegué hasta un parque cercano y sobrevolé las copas de los árboles, me acerqué a las sonoras fuentes, despabilé a los patos que dormían apacibles con su cuello retorcido, metiendo la cabeza entre sus alas, sentí el aroma de las plantas cuyo olor se despliega en la noche y disfruté como nunca del paseo más ansiado.
Cuando volví al patio las brujas estaban sentadas formando un corro alrededor del fuego y murmuraban un conjuro que no entendí por lo extraño de las palabras y el volumen tan suave en que éstas eran pronunciadas.
Me señalaron el centro del círculo para que me situara en él. No lo dudé a pesar del fuego que aún chirriaba y en cuanto mis pies tocaron el corazón de aquella rueda, las llamas envolvieron mi cuerpo sin hacerle daño alguno, al contrario, fue un abrazo cálido transmitido desde cada una de las brujas que me acompañaban.
Al amanecer todo fue disipándose y el fresco de la mañana me hizo desear el calor de mi cama, me sentía feliz y renovada, como si aquel abrazo hubiera terminado con todas mis preocupaciones y de camino a mi dormitorio fue cuando entendí las palabras de aquel conjuro y reconocí las voces de las convocadas, todas las brujas que cada jueves nos encontramos atraídas por las palabras.
Imagino que los brujos tendrían su propia reunión, ya nos contarán.
18 comentarios:
Ahí estábamos. Si creyera en las premoniciones que no creo, sería curioso trazar líneas entre las provincias de todos los que te abrazamos este jueves y cada día de la semana. Seguro que el dibujo que formaban era una gran estrella...
Esa, aunque tal vez no querías expresarlo así, es una bonita metáfora de la vida: arriba y abajo, sueños y pesadillas, volar y aterrizar, cansancio y energía, polos opuestos en nuestras vidas, amiga, que son los que nos hacen vivir.
Un beso y mucha fuerza.
Leonor, siiii, estaba ahí con las otras brujas jueveras. Te vi volar, te vi en el círculo del fuego cálido, danzamos, nos pasamos recetas y letras, eso ocurre cada jueves, lo sabes porque nunca fallas.
Los brujos jueveros son amigos, a veces nos pasamos pócimas, de fijo cada jueves.
Te envío un conjuro y las alas de volar que te dejaste más un beso con sabor a dulce embrujado lleno de potencias.
Sí, ya sé que me vais a decir que qué pintaba yo en un akelarre de brujas, de bondadosas y entrañables brujas, diría yo, pero no pude resistir la tentación y sí que estaba yo, un poco apartado, como gallo en corral ajeno, pero transmitiendo la misma energía a la bruja que acabó ocupando el centro de este corro de brujas amigas.
Un abrazo.
aaayyysss !!!!
que hermoso relato amigaaaaaa que bello en verdad y me siento alhagada en cierta forma por ser parte de ese aquellare y este relato... de verdad que dodos somos brujas o brujos que de jueves en jueves nos reunimos para imaginar, crear y encantar... BELLO MUY BELLO...
aaayyysss !!!!
que hermoso relato amigaaaaaa que bello en verdad y me siento alhagada en cierta forma por ser parte de ese aquellare y este relato... de verdad que dodos somos brujas o brujos que de jueves en jueves nos reunimos para imaginar, crear y encantar... BELLO MUY BELLO...
Anda, si fuiste tú la que se llevó mi escoba voladora en el aquelarre, ahora me acabo de dar cuenta, por eso volabas pillina, estaba a tu lado y con la emoción no te diste cuenta, bueno, como ya estás iniciada en el rito, te la dejaré para tus vuelos nocturnos ;)
Un abrazo volador
Yo sueño tantas veces con volar que parece tan rel; y aunque sea sin convertirse en bruja, es bueno tener un aliciente.
me alegro verte volar por aquí
Un abrazo
Yo siempre he sabido que eres una bruja. Es más, mis hijos tambien lo saben desde chicos y por palabras tuyas.
Bonito sueño de jueves, en el que nos hacemos brujas, me encantó disfrutar de tú relato en compañía de todas las compañeras "brujitas", no nos olvidemos de los "brujillos", hay que darles su sitio que los jueves siempre andan por aquí cerca...
Besos
Fue bonito el encuentro ¿verdad Leonor? lo pasamos en grandes, danzas, conjuros y carrera de vuelos escobas, alli todas no fato una, por no faltar no faltaron nuestros magos y hechiceros jueveros. Todos alrededor de la hoguera cogidos de la mano uniendo fuerzas, las que llegan a ti en forma de calido abrazo.
Fuerza Leonor, brujas y brujos estamos cada dia contigo
Ha sido un placer compartir aquelarre contigo porque cada uno de nosotros tiene una magia distinta. Bajo la misma luna nos arropamos aunque tu eras el centro.
Un abrazo
De chiquita soñaba con poder volar , así, por mi cuenta...en los sueños, aunque sea me conformaba con dar especie de saltitos voladores, sin tocar el suelo por varios segundos...era quizás el deseo contenido de ser hada -o bruja- con algo de especial que me distinguiera de los demás chicos! jejeje
Vaya uno a saber qué habrá detrás de esos sueños!
Un abrazo, buen fin de semana.
Una cita, para el encuentro repetido como ceremonia. Un conjuro, para hacer el bien y trasmitir entusiasmo, armonía, paz. Debería ser obligatorio como el test de alcoholemia, la buena fe y las mejores intenciones, cuando de encontrarse los humanos se trata.
Es lo que me ha inspirado tu "encantador" relato...
un fuerte abrazo.
Anda, así que nosotros no podemos ir a ese aquelarre ... pues nada, Alfredo, Gus, Manuel, Pepe, Gastón, Yonky y los demás, organizamos el nuestro.
Muy bueno el texto, me encanta esa fase en que vuelas. Es una idea que alguna vez he escrito y muchas veces imagino.
Pues que seais felices en vuestro aquelarre, uhm.
Fuera bromas, muchos besos.
Una muy buena forma de introducirse en la brujeria amable. Nos llevas de la mano por las sensaciones para enseñarnos este aquelarre de los jueves en los que los brujos somos minoria pero agradecidos participantes.
El año pasado fueron dos aquelarres, en este ya está convocado el primero.
Estarás, de una u otra forma pero allí estaras con nosotr@s.
Un beso, Leonor
Estoy feliz si estoy en ese aquelarre, me encanta ser parte de ese fuego que nos lleva a encontrarnos cada jueves a través de nuestras palabras, de nuestras lecturas.
Muy lindo este relato, me emocionó.
Un abrazo.
Tú, tú, tú ¡¡¡eres una bruja de verdad!, venga, confiésalo si no como eres capaz de describirlo tan vívidamente, tanto que hasta yo me he sentido volar ingrávida y no he sentido vertigo!!! y aún tengo la piel de gallina al sentir las llamas de esa hoguera mágica, mira, ya que estamos a ver si me llevas otro día al fondo del mar, jejeje, que seguro que viajar contigo es una gozada, miles de besossssssssssssssss
¡Que hermoso encuentro! maravillosa sensación de volar y ser abrazada por un unos brazos calidos. Como en cada encuentro nuestras palabras nos arrullan, nos reconfortan, nos alegran..
Te mando un fuerte abrazo calido Leonor, desde estas tierras donde ahora hace muuucho calor!
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