martes, 1 de mayo de 2012

NUBES




El atardecer nuboso de primavera
acompaña mi regreso.
Siento un amenazante viento de lluvia.
La escena me promete tormentas.
El sol me despide con sus últimos rayos
y se precipita al occidente.
Será una noche de aguaceros. 
Y yo, arropada en mi cama 
añoraré las horas pasadas.



sábado, 28 de abril de 2012

PROMESA



Efímera pero inigualable belleza.


De nuevo el rosal florece.
De entre el verde de sus hojas
asoman los pequeños capullos
que van desplegando sus pétalos.
Pinceladas de intenso amarillo.
Ofrenda de belleza y aroma
con la promesa de una hermosa rosa.





martes, 24 de abril de 2012

LA VIEJA CAMPANA





Silenciosa y triste la vieja campana
sobrevive en su espadaña.
Jubilada, oye con nostalgia el repiqueteo
de otras más jóvenes
que presumen en las torres de la iglesia.




lunes, 23 de abril de 2012

EL CAMINO





Un desconcierto inundó mi mente
y el futuro se volvió incierto.
Mis ojos se cerraron atemorizados 
y todo mi cuerpo quedó inmerso en la oscuridad.
Pasaron días de angustia y desconsuelo.
Y regresó la esperanza.
Una cálida luz iluminó el camino
y mi alma despertó del solitario letargo.
La primavera volvía a traer vida.
Y toda la naturaleza acompañó 
mis primeros y confusos pasos.




sábado, 21 de abril de 2012

EN BUENA COMPAÑÍA


Ni una, ni dos, ni tres, teníamos que estar las cuatro.


   Pocas veces tenemos la ocasión de coincidir las cuatro para comer juntas y pasar unas horas de cháchara y critiqueo. Hace unos días mis amigas habían organizado un almuerzo y me llamaron para ver si tenía ánimo y me sentía con fuerzas para salir con ellas. No dudé ni un segundo y acepté encantada.
   Pasamos una tarde llena de risas, repleta de confidencias y consejos cruzados. Nos quejamos de lo que no tenemos y de lo que tenemos también.
   Hablamos de nuestros sueños y nuestras pesadillas, de cómo habíamos imaginado nuestra vida y cómo se nos presenta.
  En unas horas de conversación nos ponemos al día de los últimos cotilleos,
comentamos los cambios y novedades del trabajo, nos consolamos pensando que a pesar de las injusticias y abusos  que puedan ir saliendo a nuestro encuentro, nosotras seguiremos con nuestro buen humor, disfrutando de las travesuras que, como adolescentes seguimos haciendo y deseando tener unas horas libres que nos reúnan para pasarlo de rechupete.
   Esta vez fue Esther nuestra anfitriona. Nos hizo un almuerzo exquisito que acompañamos con un buen rioja, culpable de que nos pusiéramos más contentas o más tristes, según el tema en el que nos enfrascáramos. El vino nos hace creer que decimos verdades absolutas. Llegados al postre nos conquistó con un refrescante sorbete de fresas y piña. 
   Repetiremos cuantas veces podamos y cada anfitriona recibirá al resto de amigas como verdaderas reinas, que es lo que somos, reinas de nuestra propia vida.