lunes, 8 de febrero de 2016

A PARTIR DE UN PÁRRAFO




Esta semana en la tertulia Rayuela hemos hecho un ejercicio de escritura a partir de un fragmento del libro de Umberto Eco. 

Me desperté cuando estaba por sonar la hora de la cena. Me sentía atontado por el sueño, porque el sueño diurno es como el pecado carnal: cuanto más dura mayor es el deseo que se siente de él, pero la sensación que se tiene no es de felicidad, sino una mezcla de hartazgo y de insatisfacción. Me asaltaba un remordimiento por las horas perdidas. Quité la alarma del reloj que había programado por si me quedaba dormido demasiado tiempo. No quería pasar la noche en vela.
Me levanté de la cama lentamente y apoyando los dedos en las zapatillas fui reptando hasta tocar con ellos el fondo.  Me puse de pie con desgana, sin fuerzas para enderezar las piernas y caminé desgarbado hasta el cuarto de baño. Una ducha de agua tibia me sacó de aquel estado y empecé a sentirme mejor. Me serví una cerveza, sentía la boca seca y di un largo buche con avidez.  Cerré los ojos y tragué aquel líquido frío con tal celeridad que al pasar por mi garganta me provocó un espasmo. Me asomé a la ventana. Ya estaba oscureciendo. Las farolas estaban encendidas y las personas que pasaban iban apresuradas porque empezaba a lloviznar. Me extrañó que mi compañero no hubiera vuelto de clase y con algo para cenar.  En ese momento oí la puerta y él entró como una exhalación corriendo hacia su cuarto. Traía las ropas manchadas y su aspecto general era desaliñado.
–Perdona, ahora te cuento. Y se perdió por el fondo del pasillo.
Me quedé junto a la ventana, expectante,  y esperé a ver qué había ocurrido para que entrara de esa forma y con tal descompostura.  Pasaban los  minutos y mi curiosidad iba en aumento.
Cuando Marcelo entró en el salón ya estaba más tranquilo. Presentaba una expresión relajada,  se había aseado y cambiado las ropas. Se disculpó por no haber podido parar en el camino para comprar la cena.
–Te propongo que salgamos a tomar algo. Y así de camino te voy contando lo que ha sucedido en los jardines del campus.
-Perfecto, me visto y salimos pero empieza ya a hablar que me tienes en ascuas.



jueves, 4 de febrero de 2016

CONTANDO LAS SEMANAS




Semana 5 utilizando la palabra Quizás


Podré llegar hasta ti
sumergirme en tu cuerpo
abrazarme a tus sombras
caminar por la luz de tu mirada
podré respirar en tus gemidos
aliviar mi pena en tus palabras
quizás haya un sendero
quizás un atajo secreto
que me lleve hasta tu alma
quizás logremos alcanzar los sueños




Nos vemos en el blog Palabras de Sindel




martes, 26 de enero de 2016

CONTANDO LAS SEMANAS




Semana 4 inspirados en la propuesta de Karina "a ningún lugar".


Qué es la vida sino un continuo ir a ningún lugar
los caminos son solo ilusiones
las metas meros engaños
efímeros objetivos que intentamos alcanzar
la vida es un recorrido cuya finalidad es esa
andar, andar, andar...






Nuestro encuentro será en el blog de Karina.



martes, 19 de enero de 2016

CONTANDO LAS SEMANAS




Semana 3 inspirados en la palabra Héroes

Los héroes de hoy no son semidioses
ni sus hazañas se cuentan en los libros
ni se enfrentan a cíclopes 
ni se embelesan con el canto de las sirenas
los héroes y heroínas de hoy
son hombres y mujeres
son los que luchan día a día
los que sobreviven 
aquellos que desprovistos de todo
hacen verdaderas hazañas
para salir adelante
es el tiempo de los héroes anónimos.





Estamos en el blog Palabras de Sindel.





lunes, 18 de enero de 2016

AMANECER CON LA LUNA




Hoy he vuelto a los lunes de la tertulia Rayuela con un trabajo que se había acordado en la reunión anterior.
En esta ocasión la imagen en la que nos inspiramos es una fotografía de Rafael Ibáñez, que según nos ha comentado, le produce sosiego y paz. Una fotografía hecha al amanecer cuando la vida empieza a despertar.  A mí me ha inspirado el siguiente relato.

Amanecer con la luna

Ha querido la luna asomarse a tu cúpula atraída por ese rayo de luz que la seduce,  ese rayo azul que atraviesa el firmamento.  Ella que en su paseo nocturno se ha venido mirando en las aguas de la playa del castillo, en los esteros, en la espejada bahía,  presumida y orgullosa de ser la única, quiere acabar su transitar junto a ti, junto a su más ferviente admirador, el que la mira con embeleso como mira un enamorado queriendo descubrir los más íntimos secretos.  Amanece y se va diluyendo ante los rayos del astro que durante las noches se refleja en su pálida piel  para  que luzca perfecta.
Torrealta vigilante no se pierde la ocasión para presumir de altura, ella que fue faro sin luz para los barcos que entraban por la bahía.
Los árboles del parque bostezan al amanecer y alborotadores gorriones salen bulliciosos del cobijo de las ramas.  Los camaleones del entorno vestidos aún con los colores de la noche comienzan a cambiar sus vestimentas mirando con esa especial forma de verlo todo y con su lento caminar se mueven entre las hojas esperanzados con la aparición de algún insecto que agarrar con su látigo veloz. Las estrellas ya han desaparecido a nuestros ojos pero siguen ahí, cada una en su lugar, solo las fugaces se burlan de ti, disciplinado observante.