Esta semana nuestra amiga María José Moreno propone escribir
inspirados en esta fotografía mía. Gracias por elegir esta imagen que para los
isleños tiene un gran significado. Nos vemos en el blog Lugar
de Encuentro.
Una mansión que se
erigió como la más bella de la calle Real se está desmoronando. Sus
paredes, invadidas por la humedad se van descarnando poco a poco, llorando
arena y cal y dejando a la vista su alma ostionera. Chirrían las bisagras y
crujen las maderas en un canto triste. El polvo adherido a los cristales de los
cierros y balcones revela el total abandono de la casa. Su
fachada descascarillada está invadida de hierbas y el oxido de los
herrajes ofrecen a la vista una uniformidad de color, el color del declive, el
color de la muerte. En ella conviven los ecos del pasado con el zureo
monótono de las palomas que han anidado en las estancias altas, en los
cuartos que apenas soportan ya el peso de las vigas de madera carcomida, y
familias de gatos han hecho de este lugar su refugio. Durante la noche se
oyen pasos y ruidos de puertas abriendo y cerrando, se puede sentir el leve
roce de las faldas al caminar y el suave taconeo sobre los suelos de mármol.
En las cocinas suenan cacharros, y de vez en cuando el agudo rechinar de
la carrucha del pozo del patio delata que las almas de sus antiguos moradores
no se han ido, se niegan a abandonar el hogar. Los días de viento, por
las rendijas de la montera se cuela el aire invadiendo de notas melancólicas
cada uno de los rincones, evocando las grandes fiestas que se celebraban en los
salones. Es entonces cuando una algarabía de risas y voces devuelven a la casa
todo su esplendor. Los niños corretean por el patio de la entrada subiendo y
bajando alegres por las dos escalinatas que conducen al primer piso. En la sala
de la biblioteca voces graves murmuran ininteligibles conversaciones
mientras en las salas de los balcones, las muchachas observan curiosas por las
grietas de la madera la vida que transcurre fuera de la mansión.
Fotografía de la familia Lazaga, antiguos propietarios de la mansión.