El silencio físico, el que se adueña de nuestra voz cuando el alma y el pensamiento, retorcidos y apretados por lo no comprensible nos deja mudos de miedo. Solo quien ha estado en una situación de extremado temor sabe lo que es quedarse sin palabras. Ese es el silencio del que va camino de un quirófano sin saber si despertará de nuevo a la vida. Un silencio insondable, recio, impenetrable, denso, reservado. El silencio del que sabe de su gravedad, de sus posibilidades, de los días que con suerte tendrá que sufrir antes de recuperar la palabra para poder expresar la opresión que le constriñe el corazón dejando en el pecho un pellizco que ahoga. Ese silencio pasa o se instala para siempre. Ese es un silencio callado, incomprensible, que nadie puede interpretar, es un silencio parecido al de los mayores que arrinconados en un sillón, perdidos en su pobre espacio, apartados de las conversaciones que apenas logran oír, con su mirada perdida, van dejando de hablar hasta quedar sumidos en un mundo sin palabras y quizá sin recuerdos en los que aliviar su soledad. Nadie puede adivinar que hay en ese silencio.
En cambio hay un silencio que poco a poco va ganado terreno frente a las palabras, ese estado de incomunicación que afecta a la convivencia, ese silencio inoportuno que acaba con las ilusiones de una pareja, que se mantiene instalado entre dos personas que creen que ya se lo han contado todo y no encuentran motivos para nuevas conversaciones, ese silencio que no se oye porque está amordazado por las palabrerías que suelta la televisión siempre encendida para que los afectados por este mal no noten la realidad que los envuelve, ese es un silencio que mata, un silencio que calladamente va avisando que algo no funciona y que habría que recuperar los proyectos incumplidos y los sueños no realizados, es un silencio que crece a pasos agigantados y si no se detecta a tiempo acaba con todo.
El silencio más comunicativo es el de los enamorados, el silencio que habla de satisfacción y alegría, de cariño y lujuria, de deseos, de gratitud, de necesidad, de comprensión, ese silencio de miradas profundas, de lágrimas que anegan los ojos sin llegar a derramarse porque no se permiten ni pestañear para no perder la magia del momento. En esos silencios hay una conversación inaudible pero perfectamente comprensible. Se dice todo sin decir nada. -Te amo, te deseo, te quiero con toda el alma, qué haría si tus ojos no me miraran como ahora lo están haciendo...
23 comentarios:
Te has referido en principio al silencio más aterrador, no quiero ni imaginármelo.
Creo que el silencio es algo que vamos conociendo a lo largo de nuestra vida, es curioso que aparque a sus anchas cuando la soledad se hace sentir o los problemas nos inunden... Y si, hay silencios amables que todos debemos vivir los que hablan de amor...
Me gustó la reflexión que haces desde dentro...
Gracias por darnos tu palabra ;)
Besos!!
Todos tus silencios dicen mucho, el primero es de pánico. Un abrazo
Terribles silencios todos, menos el último. Ese es el que está lleno de palabras, los demás creo son los peores de soportar. Algunos los he vivido y no quiero ni recordarlos.
Excelente tu texto Leonor, se eriza la piel al leerlo.
Un beso enorme.
Cuanto dice el silencio sin necesidad de escucharlo, cierto es que hay tantos tipos de silencios y alguno más!, los has ordenado desde el más terribel al más benigno y eso da a tu relato un silencioso final feliz, precioso, aun así la congoja del primero no se me pasa, lo has descrito tan bien!, miles de besossssssssssssss
Totalmente de acuerdo contigo, en todo los que has escrito. Es verdad que el silencio es único, pero tan diferente.
Yo he escrito sobre el silencio de los enamorados.... para mi es el mejor silencio que puede haber. Un silencio que te grita.
Un beso.
No hay nada mas difícil que saber acoplar el silencio en una conversación.
Un abrazo.
Detallada manera de describir silencios, esos que son tan profundos y sentidos que sacuden el alma, para bien o para mal.
=)
Una buena y detallada descripción Leonor!
Una buena definición de los silencios. Menos el de los enamorados, los otros mejor tener pocos.
Un abrazo
Si habrán silencios para escuchar a lo largo de la vida... Puede sonar contradictorio, pero es que esos silencios hablan, dicen cosas. Puedo asegurar que los has descrito, con la desolación, la distancia, la amargura y hasta la ternura de esa última declaración de amor, que tanto expresa, seguramente, a través de una profunda mirada.
Besos!
Gaby*
Muy creativo y descriptivo todos tus silencios. Destructivos, otro desgarrador y el silencio mas sublime es el del amor. Un placer leerte como siempre.
Besos
Estupendo, Leonor. Nos expone una gran cantidad de situaciones en las que el silencio adquiere un papel protagonista. Me ha gustado mucho. Besos.
el silencio de tener al lado al alma par, ese es el mejor de los silencios, donde las palabras sobran, y no por supuesto donde las palabras se han acabado...
Tu relato es fantástico, pero permíteme que me centre en la primera parte, en el silencio del quirófano y en el de esas personas que perdieron el recuerdo. Me has estremecido, sabiendo además que uno y otro asunto los conces de primera mano.
Cuando digo estremecido lo hago sabiendo lo que esta palabra implica.
Los silencios del amor y de la rutina están también bien narrados.
Besos, querida amiga.
Grandes y elocuentes silencios. Detallada exposición de gritos apagados, súplicas anónimas y ausencias compartidas.
Buen relato.
Besos
La elocuencia de los silencios, que bien los has descrito. El primero encoge el alma, el segundo es un muro infranqueable y el tercero es la felicidad misma.
Besos
Una muestra de los distintos silencios, tan bien contada que los haces tuyos. Los primeros que expones tremendos, quien los conoce sabe bien que lo son. Si se pudiera elegir, siempre el último, el del amor.
Un abrazo Leonor, grande.
es primer silencio es tan íntimo, tan personal que además ni siquiera lo queremos compartir por miedo a que lo pensado se cumpla...
Excelente muestrario de silencio.
Un beso
Excelente repaso silencioso, terrible el primero, desgraciadamente habitual el segundo y terminas con el mejor silencio en el que el amor y la ilusión son los que hablan.
Muchos besos!!
Pones de manifiesto en tu entrada la existencia de muchos silencios. Tu has descrito magníficamente tres de estos silencios. El primero, devastador,terrible, tremenda soledad, tremendo miedo de aquel que se enfrenta a la incertidumbre de una cruel enfermedad, el segundo reflejando la diaria realidad de miles de parejas que no son capaces de afrontar que un muro impenetrable ha acabado por separarlos de hecho y el tercero... ahhh, el tercero, refleja que cuando dos corazones hablan, cuando dos almas se encuentran en perfecta comunión (comun-unión)´, las palabras no siempre son necesarias.
Un fuerte abrazo.
Yo entré en el placer del silencio a una edad... bueno, jajajaja, a una edad.
Lo sentí cuando mi costillo se sentó un día por casualidad en el sofá, con la casa oscura y silenciosa de la noche, y yo no sabía ni que estaba ahí. Me senté a su lado, me acurruqué y el placer de la paz me arrulló.
Un beso y tu cafelito.
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