miércoles, 22 de enero de 2014

ESTE JUEVES: UN PERSONAJE INVITADO






La propuesta de este jueves consiste en inspirarse en un personaje literario y como en estos días se está celebrando el centenario de la publicación del libro de nuestro Premio Nobel de Literatura de 1956, Juan Ramón Jimenez, "Platero y yo", he querido homenajear al burrito. Platero es pequeño, peludo y suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Así comienza esta obra ya universal pero que nació en Andalucía, concretamente en Moguer, Huelva.

Quiero mirar contigo los atardeceres morados y subir el camino lleno de sombras, de campanillas, de fragancia, de yerba, de canciones, de cansancio y de anhelo. 
Quiero ver el eclipse con los cristales ahumados, ese eclipse que ha engañado a las gallinas que ya se están acostando.
Quiero montarme en tu lomo y pisar la Luna en el río y hacerla pedazos, pero no te preocupes Platero, que en cuando salgamos del agua la Luna con su magia vuelve a recuperar su estado.
No te lamentes por no tener sitio en la escuela, mira los cielos y sabrás de las estrellas, mira los campos y el mar y entenderás la naturaleza ¿Qué más quieres saber si en ella está la vida entera? Iremos junto a la higuera en la amanecida que es cuando más ricas, frescas y sabrosas están las brevas. Y sabrás que es primavera cuando veas las golondrinas. Miraremos los granas de los ocasos cuando el paisaje se transforma a cada instante.
Te subiré a la azotea para que veas como deslumbra la cal de las paredes y al bajar notarás la casa oscura como boca de lobo pues los ojos tardan en aclimatarse al pasar de la claridad absoluta a la tenue luz de la casa entoldada para guardar el fresco de las tardes que ya comienzan a ser calurosas.
Beberemos agua fresca del aljibe que rebosa con las lluvias primaverales y si salimos al patio te sacaré agua del pozo con ese cubo de zinc bollado, pero si bebes en la fuente de Pinete ten cuidado, ya sabes lo dañinas que son las sanguijuelas.
Desde el vallado veremos pasar la gente,  las tres viejas gitanas,  la niña de la carretilla,  la chiquilla del carbonero, y  la niña tísica que el médico le ha mandado que salga al campo a que le de el sol y como está muy débil no puede apenas caminar,  la subiremos a tu grupa y la pasearás con mucho cuidado, sabiendo de su fragilidad. 
Quiero que me cuentes que te pasó por la cabeza cuando viste al burro del vendedor de  albérchigos y no querías apartarte de él pero no se te ocurra contarme lo de la perra parida que me da una pena que me muero.
Platero una tarde te voy a traer  a mi casa a la hora del atardecer, verás qué montón de gorriones escandalosos andan buscando entre las ramas del jazmín un lugar para dormir. Seguro que te recordarán a otros gorriones, aquella  mañana de Santiago cuando todos se habían ido a misa y en el jardín estabas con Juan Ramón mirando a estos pajarillos que no entendían de fiestas ni de campanas, que no tenían obligaciones que cumplir amenazados por el averno.
 Oiremos cantar al grillo y no te dejaré solo en la cuadra cuando amenace tormenta, ni te haré trabajar en la vendimia, qué nos importa que los otros burros vayan por ahí criticando. Tú no eres un burro del montón, eres muy especial.
El día de la velada, cuando llegue la hora de los fuegos me sentaré junto a ti y nos taparemos la cabeza con una manta para que no te asusten los cohetes y las luces. Pero en cuanto pase iremos al patio a sacar agua de estrellas del pozo y oiremos los silbidos de los patos.
¡Ay!, Platero, qué gracia tiene la niña chica cuando te llama -¡Platero, Plateriiiillo! y se pasea bajo tus patas diciendo tu nombre mimosamente: -¡Platero! ¡Platerón! ¡Platerillo! ¡Platerucho!
Iremos a comer granadas, que sé que te gustan, quitando los finos velos que envuelven sus granos de rubí y a la vuelta pasaremos  por el camino del algarrobo donde los ecos repiten nuestras tonterías. Platerooooo y tú te estremeces y rebuznas a lo que la roca responde con una rebuznada aún más larga que la tuya.
Ves, Platero, cuánto se aprende solo con mirar la naturaleza, en primavera viste florecer los campos y llegar las golondrinas, luego llegaron los calores y los frutos y ahora que llega el otoño las tardes se van acortando y el suelo se cubre de hojas. La chiquilla de los piñones va por el sol de la calle Nueva.
Y llegará el invierno y con él la Nochebuena y jugarás con los niños alrededor del fuego. 
¡Ay!, Platero, que no quiero ver la bella mariposa de tres colores escondiéndose del rayo de sol de la ventanilla.










25 comentarios:

Loquita Diplomada dijo...

Qué buen homenaje! A Platero le has dado una lección de vida a través de todo lo que la naturaleza pueda brindar. Lo has hecho con un lenguaje muy puro que es una delicia leerte.
Gracias por tan lindo relato y unirte a la propuesta.
Un beso!

Sindel Avefénix dijo...

Un libro hermoso, uno de los primeros que leí en mi niñez. Tu relato es precioso, un homenaje maravilloso para ser leído más de una vez.
Un beso.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Muy original tu resolución de la interesante propuesta de Loquita Diplomada.

Azulia dijo...

Me ha encantado, me atrapo y me fascinaron las descripciones.

LAO dijo...

sencillo y tierno "casi se diría de amor" tu homenaje es al nivel que tiene que estar ese libro tesoro desde mi infancia entre muchas personas..... inolvidable.....

Natàlia Tàrraco dijo...

Me parece que no se queja el suave Platerito, le regalaste un paseo detalladísimo por el paraíso, y viene a ti con "ese trotecillo que parece que se ríe", la mejor escuela es la curiosidad y la natura.
Leonor, bello homenaje a la inocencia que es un don escaso. Felicitaciones y besito.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Precioso relato con el simpático burrito de protagonista. Lo has hecho recorrer todos los paisajes y los has descrito muy bien, entran ganas de ir.
Un abrazo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Leonor, me has retrotraido a mi sexto grado de primaria, cuando leimos Platero y yo durante todo el año, usándolo como libro base de aprendizaje para la ortografía y la redacción. Aprendimos cada capítulo de memoria para hacerlo en autodictado y te confieso que aún me acuerdo de algunos, sobre todo de ese primero que comienza como lo has narrado.
Un abrazo!
=)

Cristina Piñar dijo...

Precioso, Leonor, me ha encantado, de verdad. Un beso.

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

Que belleza ese Platero, y que buen invitado escogiste, ademas de la lección que nos has dado a todos de como cuidar a nuestra madre naturaleza.
Besos amiga.

Gaby* dijo...

Tu relato Leonor, es realmente una belleza. Aromas, colores, la naturaleza toda se posa en cada palabra. Platero, este entrañable burrito, seguro que se ha llenado de paisaje, de calidez, de cielo, de todo lo que ahí expresas y es poesía pura. Un hermoso homenaje! Te felicito!
Besos!
Gaby*

censurasigloXXI dijo...

Yo creo que una de mis maestras de primaria nos hizo e mismo dictado unas 30 veces durante el curso... la pobre anciana y su memoria no iban nada bien. El texto inicial de platero es uno de mis traumas infantiles :)))

Un besito.

rosa_desastre dijo...

heeeyyyy que casualidad, compartimos invitado. Es que Platero es mi debilidad.
Aun no he comenzado a leer al resto de jueveros, al llegar tu comentario, pasé por tu casa... extasiada me voy.
Un beso

maria ibañez dijo...

Jamás me podré olvidar de Platero suave y peludo. Tu relato le hace honor.

saludos!!!

Anónimo dijo...

Te confesaré algo Leonor: No he compartido invitado contigo y con Rosa, porque leí tu entrada cuando tenía medio confeccionada la mía. Me alegro de no haberlo hecho porque tu relato raya a gran altura. No creo que hubiera podido siquiera aproximarme. Un gusto leerte.
Un fuerte abrazo.

Tracy dijo...

Has hecho un relato además de precioso y lleno de ternura, muy entrañable, muy cercano. Me he trasladado junto a Plarero por esas amanecidas y anochecidas de los campos de Moguer y por sus calles con esos personajes tan andaluces.
Gracias por hacerme soñar.

Charo dijo...

Es bellísimo Leonor!Desprende una gran ternura y casi te hace sentir el sol, los colores y los olores de la naturaleza...y un gran amor por ese hermoso burrito.
Te felicito
Un beso

emejota dijo...

Ahí me has dado, Leonor, en uno de mis puntos débiles. Hurráa por Platero y Leonor. Besos.

Juan Carlos Celorio dijo...

Te ha quedado perfecto. Me gusta, ya te lo he dicho, como manejas las descripciones y el costumbrismo y aquí es un lujo, rezumando (NO rebuznando, eso lo hace perfectamente Platero) sensibilidad.
Un abrazo, querida amiga.

casss dijo...

Muy bien llevado. Un invitado que merecía este honor: una fiesta juevera.

Felicitaciones y besos

tereoteo dijo...

Qué tierno y qué bonito!!
Un gran personaje has traído!!
Un beso!

María José Moreno dijo...

Yo me he tenido que reencontrar con Platero, de adulta, porque tengo un recuerdo malísimo de cuando la momia de literatura quería que nos lo aprendiéramos de memoria. Bello homenaje. Un beso

Alfredo Cot dijo...

Has resucitado un Platero escondido en los recuerdos y le has dado vida.
No la misma que recordaba, otra, más puntual y precisa.
Buen texto y excelente referencia.
besos

Unknown dijo...

Tu Platero me ha enganchado más que cuando me obligaron a leerlo de pequeña a una edad que era incapaz de entender nada. Besote

Maty dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.