miércoles, 15 de mayo de 2013

ESTE JUEVES:LA FIEBRE DEL ORO




Una historia de buscadores en las playas de Cádiz. Aquellos duros antiguos.




Corría el año 1904, exactamente el día 3 de junio, cuando acaecieron los hechos que dieron lugar al tanguillo que los inmortalizó. Una de las versiones de cómo llegaron las monedas a aquel lugar es  que unos piratas, cuyo buque encalló en una zona entre Cádiz y San Fernando, más o menos a la altura de la playa de Torregorda, habían escondido su botín, que constaba de monedas de reales de a 8 del siglo XVIII, en una zona de la playa del barrio de San José, cerca de una antigua Almadraba. Aquellos piratas pensaron volver a recoger su tesoro pero fueron detenidos y ajusticiados por lo que aquel botín quedo bajo tierra hasta  el día de los hechos, cuando los trabajadores de la almadraba estaban haciendo un agujero en la arena para enterrar desperdicios de pescado y al escavar comenzaron a desenterrar monedas del tamaño de los duros que estaban en circulación por aquel entonces. Llenaron sus bolsillos con todas las que pudieron y la noticia enseguida se corrió  por toda la ciudad. Las gentes de Cádiz, que las estaban pasando canutas tras la Guerra de Cuba, salieron en bandada camino de la playa en busca de algunas de aquellas riquezas. Dicen que hombres, mujeres y niños pertrechados con todo tipo de utensilios para escarbar salieron hacía el lugar de los hechos.  Dicen que estuvieron día y noche escarbando, así hasta cuatro jornadas, hasta que dejaron de brotar monedas de las rubias arenas.  Unos tuvieron mejor suerte que otros. Cuentan que llegaron a aparecer unas 1500 piezas que en la misma playa algunos cambistas pagaban a tres pesetas al principio y luego bajaron el precio.También dicen que nadie se hizo rico, que los que sacaron mayor provecho fueron los anticuarios que cambiaron aquellas monedas de plata por mucho menos de lo que valían. 


Y este hecho pasó a la historia cuando al año siguiente, don Antonio Rodríguez Martínez, conocido como el tío de la tiza, compuso el tango que narraba lo acontecido y que fue cantado por el Coro de "Los Anticuarios". 






                      


Aquellos duros antiguos
que tanto en Cádiz dieron que hablar
que se encontraba la gente
en la orillita del mar
fue la cosa más graciosa
que en mi vida he visto yo.
Allí fue medio Cádiz
con espiochas;
y la pobre mi suegra
y eso que estaba ya media chocha;
Con las uñas a algunos
vi yo escarbar,
cuatro días seguidos
sin descansar.
Estaba la playa
igual que una feria
¡válgame San Cleto!
lo que es la miseria.
Algunos pescaron
más de ochenta duros
pero más de cuatro
no vieron ni uno.
Mi suegra, como ya dije,
estuvo allí una semana
escarbando por la tarde
de noche y por la mañana;
perdió las uñas y el pelo
aunque bien poco tenía
y en vez de coger los duro
lo que cogió fue una pulmonía.
En el patio de las malvas
está escarbando desde aquel día.





Más enfebrecidos en casa de Juan Carlos



25 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Escarba que escarbarás y de la guerra de Cuba te olvidarás. La suegra pelona cría malvas, otros pillaron cuatro monedas y los anticuarios se forraron de veras, me suena este cuento de piratas.
Buena idea llevarnos este recuerdo gaditano bien perfumado con poema y salero. Besito miercolero.

Montserrat Sala dijo...

Hola Leonor, bonita y bien documentada historia. Ignoraba por completo los hechos.
Me ha gustado mucho. Ay que ver hasta donde nos puede llevar la codícia.
Un placer pasar por tu casa, siempre.
Besos.

Charo dijo...

Qué bonita historia, aunque como siempre los que se forran son otros.
Un beso

rosa_desastre dijo...

¡Ole, ole y ole! Por fin me entero del porqué del tanguillo que tantas veces se canturrea aqui en nuestra tierra. Gracias por este cachito de historia.
Besos

Cecy dijo...

Que historia!!! Han buscado y encontrado, algunos monedas y otros las ganas, y los anticuarios las ganancias. Claro, que me ha encantado conocer esta historia.
Y la música.

Un abrazo Leonor.

Tracy dijo...

Esa fue nuestra particular "fiebre del oro andaluza", que "tié una grasia que no se pue aguantar".
Me alegro que la hayas traído hasta aquí.

Unknown dijo...

Me encantó la historia, y como siempre, quien ganó dinero con ello no fue quien lo descubrió y se peleó por ello sino, el intermediario jejej. Besote

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

Gracias Leonor, por traer a tu jueves esta historia que no conocia, me ha gustado mucho...Pena de la suegra que como siempre se llevó la peor parte.
¿ Deberiamos hacernos mirar esa inquina que sentimos en este país hacia las suegras? jajajajaja.
Besos cariñosos querida amiga.

Sindel Avefénix dijo...

Una historia que no conocía, completa y atrapante. Todos escarbando, buscando, esperando salvarse.
Muy bueno Leonor, gracias por compartirla.
Un beso.

ibso dijo...

Me encantó, por ser verídica y por lo bien que la has constado.
Un abrazo.

Mar dijo...

El tanguillo da fe de lo que aconteció. Ir a desenterrar tesoros era, es y será codicia de la condición humana. Como ejemplo véase los espolios del Odissey.

Bss.

&& dijo...

No conocía esa historia, y bueno, antes y ahora (ahora con mucho motivo), un tesoro enterrado en la playa de cualquier costa española sería merecedor de un tanguillo muy parecido. Una pena.

Un beso

Gaby* dijo...

Qué buena historia! bien por los que lograron beneficiarse, imagino que los menos fueron realmente necesitados. Así suele suceder, lamentablemente. Lo acompañas muy bien con la canción, la letra me ha causado gracia, aunque deja en evidencia la ilusión desesperada de obtener un ínfimo toque, más no sea, de riqueza que les arregle la vida.
Besos!
Gaby*

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Siempre me pregunté porqué los piratas tendrían esa costumbre de enterrar los tesoros para "más tarde" en lugar de gastarlos sin más demora jejeje. Quizás esa haya sido la excusa para que más tarde proliferaran tantos bancos, donde la gente pudo depositar sus tesoros sin riesgo a otro se los robara...aunque los Bancos también roban, claro, jajja...pero esa es otra historia!y corto ahora que me enredo demasiado!
Interesante historia la que nos dejas!
Un abrazo.

Matices dijo...

Una bonita historia de la que quedo ese tanguillo para no olvidar nunca. Lo triste es que se hicieran ricos los de siempre manipulando a los que desconocen el valor de las cosas...

Besos

Toni dijo...

Las monedas pasaron por las manos de quienes tanto escarbaron sin dejar más que callos y un pequeñísimo rastro. Es lo que suele ocurrir.

Completo relato, Leonor, enhorabuena.

Besos!

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Bueno al menos se hicieron la ilusión, y pasaron un buen rato y a más de uno les sacó de un buen apuro.
Un abrazo

GUSTAVO dijo...

conozco historias de esas, no exactamente a montones, pero sí alguna que otra...eso sí, hasta día de hoy..perdón, historias de mi pueblo, acontecidas en él...hasta el día de hoy, te decía, no he sabido de ninguna que terminara con el montante aúreo en el bolsillo de nadie...¡será cuestión de seguir indagando para saber si alguna cobra verosimilitud y puedo dar con el agujero...
medio beso...
p.d.
por lo pronto, la primitiva no me ha tocado, cojonessss¡¡

Fabián Madrid dijo...

Bonita historia y letra de canción, que a veces cantamos sin conocer bien. Un beso.

Juan Carlos Celorio dijo...

Es que Cadiz es especial y los cañaillas dignos de esa preciosa tierra.
Me ha encantado conocer la historia, la historia en si, ese reparto del botín, aunque fuera de a poco entre la gente y ese tanguillo que no conocía bien, lo mezclaba con aquello de "con las bombas que tiran los fanfarrones ..."
Sensacional. Un abrazo muy cariñoso.

Lupe dijo...

Hola Leonor.

Curiosa historia la que hoy nos presentas. La forma de relatarla me ha metido desde el primer momento en la trama y ha sido fácil situarme en la dorada arena gaditana junto a los buscadores de monedas. Y la historia...se repite. Siempre ganan más los que se aprovechan del trabajo de los otros. En cuanto al tanguillo, insuperable. Tan insuperable como solo los gaditanos saben hacerlo.

Un abrazo.

Lupe

San dijo...

Hol Leonor
¿sabes? me ha encantado conocer esta historia, ese tanguillo lo he escuchado y cantado en muchas ocasiones, pero no tenia ni idea de donde venía, ahora sí.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Coincido con San. Ese tanguillo lo he canturreado en muchas ocasiones, pero es cierto que no conocía su origen. Gracias por ilustrarnos al respecto. Me ha gustado ese trocito de historia local de ese rincón de nuestra Andalucía.
Un abrazo.

miralunas dijo...

qué interesante historia!
y casi es un cuento de nunca acabar, què rabia!

abrazo!

Tyrma dijo...

Curiosa historia que dio paso al famoso tanguillo de "Cái"
Sí, lo he tarareado muchas veces, ahora ya puedo decir que sé algo más que la letra.
Muy interesante tu relato Leonor, me ha encantado leerte.

Besos.