Está sentada ante la mesa en la que humea una tetera, ha preparado un té moruno con mucha azúcar y una buena mata de hierbabuena. Recién sacadas del horno una pastas de almendra y en el pensamiento el tema de este jueves del que tiene que hablar, el dolor emocional. A su mente acuden los recuerdos borrosos de meses pasados y aún no puede hablar con objetividad de lo ocurrido. Cuando le diagnosticaron un agresivo cáncer no sintió dolor, simplemente se salió de si misma y comenzó a observar los acontecimientos como si la cosa no fuera con ella. Pruebas, resultados, más pruebas, de digestivo a oncología, más opiniones, más pruebas, tratamientos, intervenciones, miedo, dolor, más tratamientos, todo visto desde otra dimensión, esa a la que había escapado en busca de su seguridad, allí no podría alcanzarla, volvería cuando se hubieran calmado las aguas.
Hoy puede contar lo que duelen las cicatrices del cuerpo pero aún no puede hablar con claridad del dolor emocional, aún le duele mucho, aún se le encoge el corazón cuando lo piensa. Desiste de intentar explicarlo.
Se sirve un té y lo acoge entre sus manos para darle un sorbo a la vida.
Más relatos en casa de nuestra amiga Lucía: http://lucia-m-escribano.blogspot.com.es/
25 comentarios:
Por ese sorbo a la vida, con sabor a hierbabuena,brindo contigo. Ya llegará el momento Leonor, todo tiene su momento.
Un abrazo.
Me uno a ese té y a esas pastas! El dolor físico pasa antes, el emocional perdura y deja cicatrices en el alma.
Un besazo, amiga!
Traigo, para sumarme al te con yerbabuena, un colador sin agujeros por donde no pase ni un segundo mas de dolor y sea la vida, ambrosía sorbo a sorbo.
Un abrazo
La hierbabuena es buena hierba para sanar heridas de todo tipo. El método que has descrito me parece el mejor para superarlo. Bss.
Lo has ambientado muy bien para al final dar el trallazo.
Es difícil explicar ciertos sentimientos, porque el simple hecho de recordarlos ya produce dolor.
Bss.
Sin ningún teleobjetivo, has sabido fotografiar este micro, con las palabras justas, creando un literario, pero real relato, del miedo que no puede evitarse.
Menos mal que ese brillante final tiñe de verde la esperanza de seguir luchando.
Saludos.
Muy bonito, me ha encantado. saludos y besos.
Yo también me uno contigo a ese té. Todo se andará, el tiempo lima las aristas que en estos momentos aún duelen.
Un abrazo
Creo que has creado un buen grupo de amigas/os, en torno a la mesa, bebiendo té moruno con mucha azúcar. Ciertamente hay que rendir culto a la vida, con optimismo y lanzando suspiros al aire. Los dolores, la emoción aletargada, el tiempo los irá arrastrando, ojalá que bien lejos.
Un beso!
Gaby*
Extiendo mi mano hasta llegar a la tuya y te agradezco el té con mucha azúcar y las masitas recién hechas...
Un fuerte abrazo.
=)
Sin palabras. O unas pocas: bravo por la valentía sin límites de quien enfrenta una situación como esa mirando a la enfermedad desde arriba.
Un beso
Gracias por ese te. Un refugio para el alma. No se puede pedir más...
un fuerte abrazo
Volví Leonor. Sabes? me fui a aprontarme para salir a trabajar, (aquí son recién las 8.30 de la mañana) y mientras me bañaba rebotaban en mi cabeza los textos leídos temprano y quiero marcarte esta frase que resume tanto:
"simplemente se salió de si misma y comenzó a observar los acontecimientos como si la cosa no fuera con ella." Anoche precisamente vi una película que tiene que ver con la impotencia de soportar el dolor: Reign Over Me, una película en que Adam Samdler interpreta un papel serio. No voy a calificar de buena o mala la película, pero me conmovió por lo que representa.
En fin, dicho esto, me tomo otra taza de te, que viene bien en una mañana lluviosa de otoño...
besos
despues de leerte, Leonor querida, he ido a prepararme una taza de tè y le he puesto hojitas de menta y mucha azucar, para que parezca que estoy con vos. y yo casi nunca tomo té.
traigo un platito con sonrisas para después.
Buen mecanismo de defensa salirse de uno mismo para ver el dolor cómo si no fuera tuyo, hay que tener mucho poder para hacerlo...Me ha gustado.
Un beso
Lo primero de todo, darte las gracias por escribir este relato en el que desnudas tu alma y nos la enseñas con ese terrible dolor que todavia esta reciente. Lo segundo. en tus letras he visto lo fuerte que eres, y eso me alegra porque solo desde la valentia, y la osadía, se puede salir de estos duros momentos.
Sobre todo si te sabes amada por los de tu alrededor...Yo me quedo a tomar el te contigo,y a darte todo el cariño que puedo desde el aire que cobija estos chismes.
Tienes un regalito en mi blog a tu nombre, es mi manera de darte las gracias por compartir este jueves.
Besos terapeuticos valiente mujer.
Ay Leonor, me hiciste llorar. Que duro este texto, esos momentos en que hay que ser demasiado fuerte para no rendirse. Me ha tocado, porque es algo que veo tan asiduamente en los pacientes que atiendo en la oficina.
Y admiro ese amor a la vida, esas ganas de vencer, y te admiro a vos.
Un besote inmenso.
Me sumo gustosamente a ese té con pastas, Leonor. No obstante, si me lo permites y viviendo tú por tierras gaditanas, ¿Qué te parece si mejor brindamos con una copita de manzanilla y unos langostinos de Sanlucar?. Aunque es inevitable recordar y los recuerdos duelen, hagamos un esfuerzo y digamos que a lo pasado adios y a lo que está por venir... hola.
Siente mi abrazo.
Ay, querida amiga, vivimos a distancia aquella experiencia que cuentas, nos conforamos con ese final feliz y creo que todo el grupo sentimos la felicidad de tu victoria, de leerte cada semana.
No lo vivimos de cerca, pero lo vivimos y sentimos con inmenso cariño.
Besos, amiga.
vaya si que es tremenda mente doloroso, más el dolor del al y del corazón, la verdad es que no alcanzan las palabras, pues me toco una situación con una amiga muy querida y luego con mi tío y mi abuela
¡Yo también quiero un té! Es cierto que hay momentos y situaciones en la vida que el simple hecho de recordarlas nos sigue produciendo dolor. Tenemos que intentar ser positivos y optimistas y confiar en que, con el tiempo, ese dolor se irá suavizando poco a poco y recordar que lo mejor aún está por venir. Un beso.
Me has puesto los vellos de punta. Adelante Siempre Adelante. Un beso muy fuerte.
Verbalizar la angustia lleva tiempo, a veces más que lo que se tarda en currar el cuerpo. Besote
Me ha recordado a una experiencia que he llevado a cabo con jóvenes a la que llamé "el té de las cinco" en la que hablábamos (con té o sin té, fueran las 5, las 8 o las 12) de esas cosas a las que normalmente no le hacemos mucho caso porque están muy dentro y nadie quiere sentirse incómodo recordándolas.
Y me ha encantado.
Saludos
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