lunes, 18 de diciembre de 2017

NUNCA MÁS




Trabajo para Tertulia Rayuela del día 18 de diciembre de 2017.

Tan dolorosa es la pérdida y la ausencia que ello conlleva,  como la necesidad acuciante de olvidar para soportarlas. Un año después de aquel aciago día seguía sin ser capaz de desprenderse de los recuerdos que, si bien en ciertos momentos habían sido un calmante para su locura, en otros se llegaban a convertir en estigmas punzantes, en una hiriente agonía que la dejaba exhausta, sin fuerzas para enfrentar su existencia.  Los años pasados no habían sido ni mejores ni peores, eran otros, diferentes, años que no volverían, nunca más, como repetía incesante e inevitablemente aquel desgarbado cuervo de ojos como tizones encendidos que visitó al poeta. Nunca más aquellas noches frías de otros diciembres de nortes gélidos y lágrimas sin penas. Nunca más aquellos días de fiestas en familia sin otros miedos que los castigos amenazantes escupidos desde los púlpitos y las negras oscuridades de peligros velados. Nunca más el tiritar de la mañana del seis de enero buscando bajo las camas el abrigo de unos pies que nada más habían empezado el camino, mientras, en la habitación contigua, ellos, los que ahora ya no eran, esperaban con más ilusión incluso, que el día apenas amanecido llenara de felicidad las miradas inocentes de sus niños, miradas que seguían estando limpias de todo mal. Nunca más volverían aquellos seis de enero, ni ningún otro día volvería a repetirse. Olvidar o recordar era igualmente lacerante. 




2 comentarios:

Ester dijo...

Que pena me has dejado, gestionar los recuerdos es complicado, algunos duelen pero queremos sentir ese dolor, otros hieren y queremos olvidarlos, pero los recuerdos son libres y van y vienen. He dicho que una pena pero eso no le quita merito al texto. Abrazos

Manolo Ruiz- dijo...

Describes el dolor y la emoción, de qué manera. A pesar de conocer la historia y lo que para ti suponen esos recuerdos, es imposible no compartir tus profundos sentimientos, contados de esa forma tan intensa y tan cercana. Es una pena que no prodigues tus reflexiones, que siempre son una maravilla.