lunes, 5 de enero de 2015

CONTANDO 53 SEMANAS




Semana 2

La propuesta de nuestra amiga Karina es inspirarnos en la imagen que nos ha dejado. Un folio en blanco, una pluma, un reloj y un pisapapeles representando la esfera de la Tierra.


Hay personas a las que la vida se les hace demasiado costosa, que les aporta pocos momentos de felicidad en comparación a los se les hacen insoportables. 
 María de los Ángeles podría haber sido feliz según decimos todos los que la conocimos, tenía su carrera de magisterio, trabajaba en un buen colegio, todas sus compañeras y compañeros la apreciaban, era atractiva, sus alumnos la adoraban y había conocido a un hombre que la amaba y ella parecía que también se había enamorado. Su relación no fue muy larga, ella hacía ya un tiempo que había decidido comprarse un piso y dejar de vivir en casa de su hermana con la que estaba desde pequeña porque su madre había muerto.
Era un bonito piso, bien iluminado y con unas preciosas vistas, un onceavo que daba a una hermosa plaza donde antiguamente estuvo la fábrica de cerveza Skol, a la entrada de Cádiz. Cuando Ana y yo fuimos a verlo Ángeles estaba radiante y contenta por tener al fin su propio hogar, tenía miles de proyectos sobre la decoración y las tres pasamos una distraída tarde hablando de cortinas, muebles, y todas esas cosas que se hacen con tanta ilusión por primera vez.  Al salir, Ana y yo nos miramos sin decirnos nada pero nuestra mirada era de temor, un temor que no quisimos ni mencionar y que meses después nos confesamos.
María de los Ángeles se quedó embarazada y tuvo que dejar de tomar su medicación de antidepresivos que eran la pócima diaria para enfrentar con ánimo esas 24 horas que los relojes le ponían por delante. Estaba en su último mes de embarazo cuando sentada en su cocina escribió sobre un folio en blanco que no quería seguir en este mundo y mucho menos castigar a su hijo al que amaba sobre todas las cosas a tener que soportarlo también, la vida le había parecido algo tan cruel que no deseaba eso para su bebé. 
Abrió la ventana y saltó al vacío en aquel frío mes de diciembre, frío, y triste como ningún otro.




Mi escrito es un homenaje a una amiga que quiso dejar este lugar en busca de un paraíso en el que vivir con su hijo.


10 comentarios:

Ester dijo...

Uff! vaya manera de empezar la mañana. Cuanta tristeza esconden las paredes. Un abrazo

Tracy dijo...

Tremendo, me has recordado otro caso.... que mejor dejarlo como está.

Sindel Avefénix dijo...

Qué tristeza! Tremendo relato que duele más sabiendo que es una historia real. No puedo aceptar que alguien tome esa decisión estando tan llena de vida, me duele, me da impotencia, me estremece.
Esta vez me voy de acá con el corazón apretado, tu relato es impecable, pero deja una sensación de realidad y dolor.
Un beso enorme.

Musa dijo...

Me uno a los anteriores comentarios.
Tremendo relato, con pellizco en el corazón.
Un beso

Maty dijo...
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Ilesin dijo...

Un relato que no deja indiferente, sino que deja huella en el alma.
Besos

Gaby* dijo...

Tu relato borda un sentimiento que pocos logran explicarse, pero solo quien ha convivido con la depresión puede llegar a entender. Mi abrazo a tí y al recuerdo de esa amiga y su niño que viven en tu corazón.
Besos!
Gaby*

Montserrat Sala dijo...

Me has dejado fria Leonor, que triste historia,amiga mia: A una se le hiela el alma ante una realidad como esta,tan cruda y tan poco navideña. Lo has contado perfecto, lo que en este caso, no es niguna ventaja. Abrazos

Isa Iss dijo...

Que triste.. Nadie puede cojer la decision de matar a un ser que va a nacer, simplemente porque esa persona no se siente feliz. No lo veo como amor, lo veo mas como egoismo..

Bonito aunque muy triste relato. Muy bien escrito
Un beso Leonor

Isa

Anónimo dijo...

Nadie alcanza a entender las razones de la sinrazón. Recuerdo un compañero de trabajo que también lo tenía todo, familia, hijos, trabajo, salud y tomó la misma decisión. ¿Actitud cobarde o valiente?. Pienso que no estamos capacitados para juzgar esas conductas.
Un fuerte abrazo, Leonor.