Cuando se aseguró de que todo estaba a oscuras salió de su habitación con las zapatillas escondidas en una bolsa y bajó las escaleras con sigilo, cruzó el camino que separaba el patio de la casa del pinar de "Las Canteras" y se perdió entre sus sombras. Al llegar a un claro miró a su alrededor para cerciorarse de su absoluta soledad y se ató con cuidado las cintas. Conectó los cascos a su móvil y la música inundó todo su cuerpo. Comenzó a bailar, sus piernas volaban sobre aquel suelo terroso. Las pinochas crujían. Danzó durante horas, hasta que empezaba a clarear el día. Sus piernas gratamente cansadas caminaban a paso ligero hasta su casa. Subió a su cuarto y se acomodó entre las sábanas para seguir soñando su gran amor por el ballet. Le despertaron los gritos de los amigos y el sonido de las piedrecitas que tiraban a los cristales de su ventana. -¡Eh, despierta, que las niñas están en el "patio del pozo" jugando!. ¡Vamos despierta, que se te va a dormir el sentío!. Se desperezó y saltó veloz de la cama poniéndose torpemente las botas en sus doloridos pies. Bajó las escaleras de dos en dos y corrió hasta la parte trasera del patio. Allí su pandilla se desesperaba por correr hasta el lugar donde las chiquillas se reunían.¡Qué pesáo eres pa despertarte! Esas presumidas estarán cursileando y jugando a esas tonterías que juegan ellas. Vamos a perseguirlas hasta el "pino gordo" y les damos un buen susto.
Juan era el líder del grupo y eso hay que ganarlo día a día, sin mostrar piedad por nada, el valor había que demostrarlo. En primera línea, como buen comandante emprendió la carrera arengando a los demás, mostrando su rudeza y portándose despiadadamente como de él se esperaba. Al llegar junto a las zagalas vio que se habían puesto a bailar y se le cambió el semblante, se quedó petrificado viendo sus ligeros cuerpos danzando. Sus soldados requerían sus órdenes. -¡Juan, cojones, que tas quedao atontao! Vamos a hacerlas correr un rato.
No podía fallar a su ejército, no podía perder su respeto y sobre todo no podía parecer débil.Para él era muy importante aparentar rudeza. Antes morir que mostrar sensibilidad.
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29 comentarios:
Es un relato bellísimo Leonor, del cual destaco dos puntos que me han llegado al alma, por un lado el de la niña bailando en solitario, me resuena, y el del pequeño líder que descubre que no se puede detentar dicha posición sin un cierto grado de dureza de corazón. Besos.
Qué bonito y qué triste!
Las cosas van cambiando... pero muy despacio.
Un beso muy grande!
que haya elegido ser feliz y haya sido amado por su baile antes que por su liderazgo. sin necesidad de rudezas.
lindo relato.de anunciación.
Que triste tener que esconder la sensibilidad como si fuera un baldón.
A veces ser valiente consiste en eso. Un gran relato. Saltos y brincos
Un sensible y hermoso relato Leonor!!
Aún existen muchas personas que confunden sensibilidad con ser blando de carácter.
¡No queda nada por andar!.
Aleccionador relato. En esta vida que nos ha tocado vivir, parece como si la sensibilidad fuese un lastre y solo pudieran subsistir los intrépidos, los duros, los faltos de sentimientos.
Felicidades y un abrazo.
Que duelo se ha sometido entre lo que desea y debe.
Mejor feliz, verdad?
Lindo relato.
Un abrazo Leonor :)
Es precioso el relato, hay y sobre todo ha habido muchos chicos que han tenido que esconder su sensibilidad para no ser tratados de "niñas". Afortunadamente esto va cambiando poco a poco . Me ha recordado a la película de Billy Elliot (perdón si no está bien escrito)que es de un chico que "quiere bailar" y tiene que sufrir mucho para conseguir su sueño.
Me ha gustado mucho. Es un relato muy visual y repleto de continuidad con el tema del baile. Además muy trepidante. Felicidades pues lo has bordado
Una historia que nos muestra claramente todo lo que está bien visto y lo que nó. Afortunadamente los tiempos aunque despacio, pero van cambiando.
Me ha gaustado este enfoque que le has dado. Genial!
Lo que importan las apariencias. En este caso está demostrado.Menos mal que poco a poco hay más igualdad.
Bonito relato
Un abrazo
Precioso me ha encantado leo
Renunciar a aquello que apasiona, aquello que nos da disfrute, que muy dentro sentimos es lo que queremos ser, hacer... es muy duro. Son cosas que no deberían pasar, pero ciertamente, como tu relato tan bien lo cuenta, a veces, por temor o vergüenza al que dirán, se lo tiene oculto como el mayor de los pecados. Triste situación, que le roba al personaje su autenticidad.
Besos!
Gaby*
Un interesante relato de una juventud
que sitúo en otro tiempo.
Un abrazo.
La sociedad, tradicionalmente, nos ha asociado a unos roles de género, a unos papeles, a unos sentimientos determinados que parece que estuvieran en nuestra carga genética de hombre o mujer. No nos damos cuenta que es preferible ser personas completas a medias personas y en esa aventura de crecer y ser completos, no debemos dar la espalda a ningún sentimiento por el hecho de que nos pueda hacer aparecer como "diferentes".
Me ha encantado tu historia, Leonor.
Un abrazo.
Es lamentable tener un amor y no perseguirlo por querer ir de la man con lo que la sociedad machista nos impone. Debería haberse puesto a bailar con las chicas. jeje... un beso. genial relato!
Todavía por desgracia, se siguen manteniendo ciertos roles, es una pena no sentirse libres para mostrar lo que realmente se es y se siente.
Me gustó mucho tu historia Leonor.
Un abrazo
Angustioso relato y triste. El rol tópico de la masculinidad que impide la sensibilidad, dos caras, en una el baile nocturno, feliz, furtivo, la otra seguir la corriente para no desentonar, para a toda costa destacar, cruel e injusto. Me acuerdo de una película sobre un niño que quería ser bailarín, al final después de terribles, pero tozudos empeños, lo consiguió.
La danza no tiene sexo, mejor dicho es de todos los sexos, lo mismo que la ternura o la sensibilidad.
Me ha fascinado tu relato, aun sucede.
Un besito.
Ser o no ser... la eterna duda. Siempre son tiempos difíciles para asumir lo que nuestra esencia nos grita desde lo más profundo...
Los han pintado con sutil delicadeza y nos logras conmover desde lo profundo de tu corazón.
besos
Jo!!! :(
Besos, Leonor.
Ay, cuando la sensibilidad es debilidad ... ¡qué dura y absurda es
la vida del hombre!
Y qué bien lo reflejas en este relato, con esa ambientación siempre enriquecedora propia de tu estilo.
Besos, amiga.
Muy bueno, Leonor, y creo que muy real, aplicable a tantas situaciones de la vida que hacen que tengamos que aparentar algo que en realidad no somos.
Bss.
Encrucijada de caminos y dolorosa opción... Ser fiel a sí mismo o aparentar para seguir mandando. La decisión está tomada y de la que un día se arrepentirá.
Texto pausado con fondo convulso.
Besos y gracias por estar.
El sufrimiento de tragar un secreto sin que la hiel nos tiña la mirada.
Un besazo
Le espera una vida muy triste a tu protagonista como continue por ese camino...
Me ha encantado, Leonor. Un relato que dice mucho con pocas palabras, que encierra una dura historia. Ese muchacho con doble vida, envuelto por un mundo de apariencias. Un texto que nos deja bastante para reflexionar. Un beso.
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