Qué profunda y
negra
Qué profunda e
insalvable la zanja que escavaron
los errores
qué largas y
negras las vigilias de las noches
naufragadas
ahogadas las
ilusiones en un mar insaciable
aguas fúnebres
devoradoras de sueños
qué estériles
los labios sin besos
las bocas sin
hambre y huecas de palabras
qué venenoso
el silencio que separa
los ojos sin
ganas de ver
qué fríos los
brazos que abrazan solo la nada
el espacio que
dejaron otros brazos
y la piel de
caricias ausente
qué vacías las
manos que no tienen tierras que labrar
aperos de amor
abandonados
palomas
muertas cansadas de un vuelo inútil
qué tácitos
los te quiero amordazados
subyugados al
silente espacio del pensamiento
qué larga y
negra la zanja que escavaron
los errores
qué infinitas las vigilias de las noches
Maestra.
ResponderEliminarEmociona leerte.
Cómo haces pensar y remueves los sentimientos...
Los errores siempre dejan surcos, dejan un rastro permanente y no hay perdón que los borre. Nos has hecho reflexionar. Un abrazo
ResponderEliminarPalabras muy sentidas y muy bellas.
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