Mi Isla, La Isla de León, San Fernando, en la provincia de Cádiz.
Podría irme a los libros de nuestra historia y sacar una extensa explicación de cómo surgió esta Isla junto a la Bahía de Cádiz, hablar de los primeros asentamientos que según muestran los restos arqueológicos extraídos en algunas zonas, datan de hace más de seis mil años. Os podría contar que por aquí estuvieron los fenicios, los romanos, y muchos siglos después los genoveses y gentes de otras tierras, y que de todos ellos quedaron huellas y fueron modelando lo que hoy día es esta ciudad. Todos aquellos pobladores influyeron en la formación de nuestro paisaje, en lo que hoy día es una Isla con su propia identidad, aunque sin poder separarla del entorno, de todos los pueblos que forman la bahía porque ninguno sería lo que es sin los demás. Eso es algo que aún muchos no han entendido y solo esa unión hará posible que esta comarca se suba al carro del progreso. Podría decir que tenemos un Castillo en Sancti Petri que está situado sobre lo que fue el Templo de Melkart y hablaros de todo lo que fue luego hasta nuestros días, y lo que es ahora; y recordar que Hércules tuvo que pasar por esta Isla para llevar a cabo uno de los doce trabajos que le fueron impuestos. Hay mucho que contar pero me voy a centrar en lo que yo siento al hablar de mi tierra. Mi Isla, rodeada de caños, asentada sobre un suelo lodoso donde se crían coquinas y cangrejos violinistas entre otros bichejos, con un parque natural incomparable, en parte creado por los antiguos fenicios que supieron darle forma para extraer la sal y hacer piscifactorías, que nosotros hemos llamado siempre los esteros. Mi Isla es un lugar que huele de una forma especial y eso lo sabemos los cañaillas cuando al volver de un viaje, llegando al Puerto de Santa María, ya empezamos a sentir ese aroma conocido, ese aire salino que se mezcla con el olor de la sepina, de los fangos, de las arenas mojadas de las playas, es una sensación indescriptible aunque en este momento estoy intentando describirla. Y ya al llegar al Puente Zuazo, aquel que une nuestra isla al resto del país, ya entonces respiramos a pleno pulmón nuestra esencia. Ya huele a la Isla, a sus calles, al ambiente que rodea nuestra rutina, a las cocinas que nos recuerdan a nuestras abuelas, ya nos sentimos abrazados por un sentimiento de seguridad, de ya estoy en casa. Podría hablaros de nuestra gastronomía, de nuestro habla, de las costumbres que van pasando de generación en generación, pero no quiero que me tachéis de presuntuosa.
Qué maravilla. Seguir el relato es vivir este pueblo, La Isla,, tan lleno de historia, con gente de valía extraordinaria y que siempre se ha entregado al servicio de la Nación, aunque no haya recibido el apoyo y el reconocimiento que tiene más que merecido.
ResponderEliminarPara nadapeiso queeres presuptuosa ni arrogante. Ya sabemos que cada cual se enogullece de su tierra,-incluso yo misma- pero es quen em tu caso,es absolutamente cierto. Solo hay que seguirte y ver las fotos. Eso ahora, pero seis mil años de antigüedad, no es ninguna broma. Eres afortunada amiga por haber nacido ahí. Besos desde el corazón.
ResponderEliminarQue bien que sin querer contarlo nos lo hayas ido explicando, me he alegrado de leerlo. Un abrazo grade
ResponderEliminarNo es presunción o si lo es es una presunción. No es poco que el origen se relacione con Melkar, cuyo mito se fusionó con el de Heracles, Hercules. Esos de años de antiguedad son para presumir.
ResponderEliminarBien planteado
Un relato muy hermoso, admiro estas tierras tan llenas de magia, por su historia, sus paisajes. =)
ResponderEliminarSaluditos
Te voy a contar algo: nos cogió agosto en nuestro último viaje a Sevilla. Pensábamos quedarnos unos días, pero el calor era tan insoportable que cancelamos la reserva del hotel y a las 10 de la noche, llamábamos aun céntrico hotel de La Isla (donde ya teníamos ficha) y nos reservaron habitación para unos días.
ResponderEliminarLa primer noche fue maravillosa : después de una cena en un cercano y monumental restaurante, bien aposentados en el balcón de nuestra habitación que daba a la plaza, disfrutamos de un concurso de jóvenes interpretes de copla.
La brisa nos hizo buscar alguna prenda de abrigo.
Después Cádiz, Jerez y una visita en busca de atún de almadraba al Restaurante El Campero en Barbate.
Y por supuesto la belleza de las playas y la simpatía de los "cañaillas". Si me pierdo seguro que allí me encuentran.
Un beso.
Un beso.
Esa sensación que tú describes con detalles,Leonor,es la que yo recuerdo desde niño,cuando todos los veranos.gracias a trabajos de mi padre en comisión de servicios por su empresa, pasábamos las vacaciones en "la Isla" , y ya al llegar al puente de Hierro,nos llegaba ese aroma tan especial que no existe en ninguna otra parte del mundo.
ResponderEliminarLo has descrito muy bien Leonor!Es un sitio que no conozco y creo que ya va siendo hora de remediarlo...por lo que dices merece la pena. Se nota que quieres mucho a tu tierra!
ResponderEliminarUn beso
Qué notable que sean los aromas las llaves esenciales que anuncian la vuelta al terruño!!!Has descrito tu tierra con gran detalle y cargada de cariño. Muchas gracias por ello!
ResponderEliminar=)
Un abrazo
No conozco tu Isla pero con todo lo que esplicas me estan entrando unas ganas....seguro que un dia de estos me pierdo por allí, besos.
ResponderEliminarUna tierra tan especial como la tuya merece esas palabras. Es curioso que una tierra tan marcada por el mar esté en el mismo país que esta en la que vivo o la que he comentado esta semana, donde parece algo impensable.
ResponderEliminarNada, que tengo que ir a la Isla y que me hagas de guía.
Muchos besos, amiga.
Tu Isla me encanta, me perdería en ella.
ResponderEliminarPodrías haber comentado mas sobre la historia de tu isla, sus bellezas y recorridos, pero....como tenemos esa regla bendita de Tesalo que nos limita a cierto número de palabras y a mi me ha quedado a flor de labios el sabor de tu isla, he tenido que optar por el google para recorrer desde la llegada por Santa María como dijiste, pasar por Puerto Real, el Meadero de la Reina (nombre simpático) y entrar a tu isla por el mismo puente Zuazo y así darme cuenta el porque del termino cañailla...y es que no sabía que era por los diferentes caños que la bordean..
ResponderEliminarHa sido un viaje virtual muy bello hacia las tierras del heracles...gracias por ser una maravillosa guía a través de tu isla...besos
Olé, olé y olé...
ResponderEliminarNada, un viaje más a la mochila. Estuve muy cerca hace unos años, pero había que elegir. Para la siguiente ocasión.
Un placer perderme por tu tierra, por tu isla.
Besazos.
El aroma de nuestra tierra es algo que queda impreso en la memoria de forma permanente. El olor a algas, puerto, salitre y lonja es el aroma de mis veranos. Me emociona el recordarlo.
ResponderEliminarUn beso.