Relato inspirado en esta imagen.
Menuda jugarreta me está haciendo el otoño, las noches empiezan a ser húmedas y en
los amaneceres todo el campo se encuentra bajo una fina capa de rocío. La
verdad es que las plantas se ven preciosas, brillantes y frescas. Las flores
lucen sus pétalos engalanados con multitud de gotas transparentes y el olor de la tierra es tan intenso, aunque
mi trabajo ha quedado inservible, lo
importante de mis entramados es que sean invisibles y ahora parecen guirnaldas
encendidas. La verdad es que estoy admirada y reconozco que hago bien las
telas, nunca había visto el resultado de mi trabajo con tanta claridad, soy una
magnífica tejedora. Se ve tan bonita, parece decorada con nacaradas perlas,
como si un buen joyero las hubiera engarzado con mimo. De momento no caerá
alimento alguno pero estoy contenta al ver lo bien que hago lo que es propio de
mí. Y aquí escondida bajo esta hoja esperaré que el sol caliente un poco y
evapore las preciosas perlas, será una lástima pero tengo que sobrevivir.
¿Son gotas de rocío? ¿de verdad?
ResponderEliminar¡Vaya fotaza!
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ResponderEliminarMagnífico, Leonor. Me alegro de haber provocado este texto
ResponderEliminarHola: este relato se podria titular "pensamientos de una araña en pleno otoño" has logrado tejer una historia con los finísisimos hilos,con los que las arañas tejen sus
ResponderEliminartelas. Muy bonitp relato. Un beso grande y sonoro
Solamente a ti se te puede ocurrir meterte en los sentimientos de una araña, eres especial. Porque estoy segura de que la araña piensa lo mismo que nos has contado. Un aplauso y dos abrazos
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