Esta semana la palabra propuesta es INOCENCIA
Fue descubierto en el mismo instante en que ella daba el último suspiro. Sus manos ensangrentadas aún empuñaban el cuchillo que había hundido en el pecho de la mujer con tanta saña que el forense contabilizó más de veinte puñaladas.
Su abogado al salir de la comisaría informaba así a los periodistas: Debemos respetar el principio jurídico de presunción de inocencia.
Y tendrá que ser así... aunque hay seres que no son compatibles con la palabra inocencia.
ResponderEliminarMuchos besos!!
Un buen resultado en un registro que no recuerdo haberte leído. Corto, rotundo, diciendo mucho.
ResponderEliminarUn relato sobre inocencia que no evoca inocencia precisamente.
Besos.
A veces ¿para qué la presunción de inocencia?
ResponderEliminarY aquí es cuando yo recurro a otra palabra PERDÓN y se lo niego. Una buena defensa de la palabra de Sindel. Abrazos
ResponderEliminarTremendo micro relato!!! A veces la justicia es muy injusta, con tantas pruebas a la vista la inocencia es inadmisible.
ResponderEliminarExcelente Leonor, me sorprendiste una vez más!!!
Beso enorme.
Negar, negar y negar...así comienza la trama de lo que despuéses termina siendo impunidad, al menos por aquí es más que habitual!
ResponderEliminar=(
Mira, me has dejado con la mandíbula apretada por razones de impotencia... UF!
ResponderEliminarUn beso y tu cafelito, Leonor.
Aun a costa de crearme alguna enemistad, creo que siempre debería ser a sí. Hay veces, y la historia lo ha demostrado, que no todo es como parece.
ResponderEliminarPresumir la inocencia, evita posibles y nefastas equivocaciones.
Un abrazo.
Dificil creer en esa "presunta inocencia", sobre todo en caliente...
ResponderEliminarMe ha encantado la brevedad y la fuerza de este relato.
Un beso.
Leonor, ya sabes que tenemos una legislación garantista, donde la presunción de inocencia es fundamental. Aunque en tu historia es más que evidente la culpabilidad, no siempre es tan fácil y, como dice Juan L. a veces se cometen equivocaciones irreparables.
ResponderEliminarNo está reñida esa pulcritud en la justicia con la laxitud conque nuestros jueces a veces aplican las normas.
Un fuerte abrazo.
A veces no hay justicia.
ResponderEliminarMuy original tu entrada.
Un beso.