Corría angustiada de un lugar a otro sin saber a ciencia cierta lo que me ocurría ni por qué esa necesidad de avisar a alguien.
Busqué en el bolso el teléfono y comencé a marcar, pero...¿qué número marco?, 6...8...1...corto, qué pasa no recuerdo nada, no se dónde están los números.
Me agobio, me dan taquicardias y vuelvo a intentarlo. 6...8...el teclado del teléfono se nubla, no veo los números, además al pulsar van desapareciendo. Comienzo a llorar desesperadamente. Tengo que llamar, tengo que llegar hasta allí y avisar, no sé de qué, pero es una necesidad imperiosa.
Mis manos temblorosas agarran con fuerza el teléfono que comienza a sonar, gracias a Dios podré avisar, diga, diga,....por favor conteste, diga...no puede ser, creo que voy a desmayarme, no puedo abrir los ojos,....me pesa el cuerpo, el teléfono cae de mi mano y no logro cogerlo, no llego hasta él,...cómo voy a llegar a casa, estoy perdida....grito pero nadie me oye, oigo pasos y pido ayuda pero nadie responde...voy a morir, ¿dónde está el teléfono?, riiiing....riiiiiiiiing....lo oigo, está cerca, alargo el brazo para cogerlo, ¿dónde estás?, Dios mío, no lo alcanzo, van a cortar si no llego a tiempo, no cuelgue, no cuelgue,...por favor no,no,no.....
Es como ese sueño de no llegar, de perder el tren, de escaparse...la vida, esa angustia terrible que lo anula todo, y ese teléfono es el instrumento de la tortura, la negación de ayuda.
ResponderEliminarExcelente relato terrorífico que anticiparía un halloween adentrado en la psíquis.
Besito.
Vaya agonía Dios mío.Mejor no tener un sueño de este tipo, sino el corazón no se yo...
ResponderEliminarUn abrazo
Como de las mejores pesadillas de donde se siente que es tan real, que ahoga y pareciera morir...
ResponderEliminarUn abrazo.
ayyyyyyyyy...qué desesperación!...terrible!.
ResponderEliminarsin llegar a ese extremo, he pasado situaciones similares en las que empujada por el apuro ante un miedo súbito, se me borran totalmente los números de mis familiares, aún el de mi casa y siento que mi mente se queda en blanco y la razón se me nubla.
Muy buen clima has creado para este texto tan especial.
saludos!
=)
Jesús, que agobio! Y además nos dejas en suspense sobre que es lo que está ocurriendo. Esperamos una segunda parte con el desenlace :)
ResponderEliminarBss.
¡Que desesperación y que agobio! ¡Madre mía! Nos has dejado con el corazón en un puño y eso es buena señal. Un beso.
ResponderEliminar¡Ufff! Leonor, que relato más angustioso, lo leía a toda velocidad esperando una solución que no llegaba.
ResponderEliminarAfortunadamente espero que sólo se trate de un sueño, que es bien común, el deseo que parece inalcanzable.
Increiblemente ambientado y bien contado tu relato.
Un abrazo
Has sabido transmitir la ansiedad y la prisa. Tu letras sí han hablado.
ResponderEliminarUna pesadilla, espero.
ResponderEliminarAngustioso ese sentimiento de no llegar, de no poder pedir ayuda.
Besos, amiga.
¡Que agobio, poldios. Que agobio.!
ResponderEliminarY eso que no empezaba ese número por los tres seises (que como Natali, ni me atrevo a escribir)Jejeje
Imagino que fue un mal sueño. De momento, yo que me iba a dormir, voy a esperarme un poco. Me estresaste ¿sabes?
Muy buen relato.
Un abrazxo.
Lupe
Bueno, más que un sueño... es una pesadilla, pero ocurren te lo aseguro.
ResponderEliminarMe gusta el relato, con una minuciosa redacción consigue atropellarme hasta agudizar desesperadamente el oido para ayudar en la busqueda del maldito aparato.
Besos.
Alfredo
Apareció??? QUÉ DESESPERO!!!
ResponderEliminarMe vino a la mente al instante la pelicula Celullar con Kim Basinger.
Me gustó como lo contaste.
La situación? de locos!!!
Qué angustia!menos mal que todo quedó en un mal sueño, aunque se pasa muy mal...
ResponderEliminarEl ritmo del relato produce en el lector una agonía y una inquietud que yo ya estaba con taquicardia...:)
Un beso.
Angustioso, desde el principio, no aclara casi nada. Deja mucho a la imaginación de quien lo lee.Un beso
ResponderEliminarQue agobio Leo, me he quedado con el corazón en un puño. Ojalá se trate de una pesadilla, aunque imagino que esta realidad puede ser más frecuente de lo que pensamos. Gracias por participar. Un beso
ResponderEliminarSi no es una pesadilla puede llegar a serlo por como se ha resuelto el relato. Angustioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Has relatado a la perfección un sueño que tengo a menudo, nunco consigo llamar y estoy huyendo de alguien, me despierto totalmente angustiada.
ResponderEliminarUn besico.
Que angustia...y qué le pasa, y como sigue, puede agarrar y contestar?
ResponderEliminarUf!!!
Un beso.
Un relato abierto donde, al no describir ningún elemento tangible (salvo el teléfono) y ningún contexto de qué es lo que está sucediendo, todo queda "en el aire”, flotando en la imaginación del lector. Y es aquí, en esta incertidumbre etérea donde creas la angustia y, por muy poquito, el terror. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
ibso
Me llenaste de intrigas y suspenso. Siento que es alguien desesperado tratando de conectar con otro ser para avisar algo que le ocurre, pero muero de ganas de saber qué!!!
ResponderEliminarMe atrapaste Leonor con tu relato.
Un besote.
vaya que en muchos casos de urgencia es imprescindible aquel aparatito que muchas veces nos deja sin poder relacionarnos frente a frente, sin saber si necesitamos unos pequeños ojos que nos miran o un simple abrazo, pero debo confesar que muchas veces aquel aparatito se nos hace la única esperanza
ResponderEliminarMenuda pesadilla, y sin un final, que te dejara tranquila. Lo has conseguido, amiga, nos has dejado en tensión a todos.
ResponderEliminarUn abrazo
Lola
Angustioso relato. Has conseguido crear un clima de tensión de principio al fin.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte.
Un abrazo.
Estupendo relato...me has tenido con el alma en un puño, y creo que no he sido la única.
ResponderEliminarUn beso.
me encuentro con los relatos tenebrosos... mmm... que pasó? ¿cómo sigue esta historia de final abierto? por cierto muy bien logrado ese momento desesperante. un beso!
ResponderEliminar¡Ay, que angustia chiquilla! si dan ganas de regalarle un móvil.
ResponderEliminarAhora en serio, amiga, nos has tenido con el alma en vilo...y final abierto para que ejercitemos la imaginacion.
Un besazo